DÍA MUJER. LAS MUJERES "SE JUEGAN LA VIDA" EN LA SANIDAD SUDAMERICANA, SEGÚN AMNISTÍA

Amnistía Internacional (AI) ha denunciado con motivo del Día Internacional de la Mujer que la vida de millones de mujeres y niñas de América Latina está a merced de sistemas sanitarios “tipo lotería”, que anteponen los estereotipos y creencias religiosas a la supervivencia de la paciente.
Así lo indica en el informe 'El Estado como aparato reproductor de violencia contra las mujeres', que analiza el acceso a servicios de salud sexual y reproductiva de ocho países americanos.
El documento revela que según la capacidad adquisitiva de las mujeres y de las convicciones religiosas y personales de los profesionales de la salud o de cargos públicos de los que dependen, tienen más o menos facilidades para acceder a la contracepción, el aborto sin riesgos o la esterilización.
Por todo ello, AI considera que la violencia contra las mujeres no va a ser erradicada si los estados no modifican legislaciones, políticas públicas y prácticas discriminatorias. "Estas normas, además de violar múltiples derechos humanos, producen violencia institucional; tortura u otros tratos crueles, inhumanos o degradantes", afirma el texto.
Pero además, la organización alerta de que al imponer esas prácticas basadas en "estereotipos de género", el Estado funciona como un "aparato reproductor" que genera más violencia contra las mujeres. "Desde el Estado se promueve y legitimiza una situación de discriminación estructural que es la base de toda violencia de género", insiste el texto.
Entre esos estereotipos, el informe enumera algunos como que "toda mujer quiere y debe ser madre", que "hay que limitar la cantidad de hijos de las mujeres pobres o indígenas porque eso reproduce la pobreza" y que "las niñas que quedan embarazadas producto de violencia sexual, deben llevar a término su embarazo".
30 AÑOS DE CÁRCEL
El documento aborda diversos casos que han llevado a mujeres a abortos inseguros, a morir por no habérselas tratado adecuadamente, a esterilizaciones forzadas a portadoras de VIH y a condenas por haber dado a luz a un bebé muerto, como es el caso de Teodora del Carmen Vásquez, condenada a 30 años de cárcel en El Salvador y para la que la ONG pide la liberación.
El aborto está prohibido "sin excepciones" en siete países de América, aun en el caso de que la vida de la mujer o la niña dependa de él: Chile, El Salvador, Haití, Honduras, Nicaragua, República Dominicana y Surinam.
"En la mayoría de los restantes países, aunque sea legal, el acceso a un aborto para salvar la vida resulta muy difícil porque algunos profesionales de la salud se niegan a practicarlo por motivos ideológicos", puede leerse en el documento.
ZIKA
El informe, basado en 31 entrevistas realizadas entre agosto y diciembre de 2015 en Argentina, Chile, El Salvador, México, Perú, Paraguay, Uruguay y República Dominicana, se contextualiza en la reciente emergencia sanitaria del virus zika.
La ONG considera que esta crisis "ha demostrado la necesidad de centrar el debate sobre derechos sexuales y reproductivos en la región y las enormes carencias existentes", y en especial, en la posible relación del virus con la microcefalia en bebés nacidos de mujeres infectadas y por la posible transmisión por vía sexual.
Amnistía tacha de "irrisoria", "insultante" y "discriminatoria" la recomendación que han hecho algunos países a las mujeres de no embarazarse, en una región "donde más de la mitad de los embarazos no han sido deseados o planificados" debido a los "elevadísimos índices de violencia sexual, así como de demanda insatisfecha de anticoncepción y por patrones culturales que siguen priorizando el rol de la mujer-madre".
A esto se suma que el 97% de las mujeres de América Latina y el Caribe en edad reproductiva viven en países donde el acceso a aborto seguro está severamente restringido por ley, insiste la ONG.
"Este debate en torno al virus zika refuerza el mensaje central que Amnistía Internacional desarrolla en este informe: la violencia contra las mujeres no va a erradicarse si los estados de la región no modifican legislaciones, políticas públicas y prácticas discriminatorias en el ámbito de la salud sexual y reproductiva", reitera el texto.
DECIDEN POR ELLAS
Según Erika Guevara-Rosas, directora del Programa de Amnistía Internacional para América, “el patrón común es que no se confía en que mujeres y niñas puedan tomar sus propias decisiones en lo referente a su sexualidad, siempre son otros quienes toman esas decisiones por ellas”.
“Desde El Salvador, donde el aborto está prohibido incluso en los casos en que la vida de una paciente depende de él, hasta México, donde las mujeres que viven con el VIH pueden ser esterilizadas a la fuerza, mujeres y niñas de toda la región están sufriendo abusos a manos de los propios profesionales y sistemas que supuestamente deben protegerlas”, añade Guevara-Rosas.
“Tales normas y prácticas absurdas demuestran que el Estado no sólo tolera sino que además promueve la violencia, a veces equivalente a tortura, y la discriminación contra las mujeres”, concluye.

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