Minusválidos mantienen agitadas protestas en La Paz por subsidios

Decenas de discapacitados mantenían el viernes por tercer día consecutivo un asedio a la plaza de Armas de La Paz, donde están el Palacio de Gobierno y el Congreso, en reclamo por una importante alza del subsidio mensual que reciben del gobierno.

"Mantenemos nuestras medidas de presión", afirmó en una de las calles de acceso a la plaza Diego Cayo, líder de los manifestantes, quienes este viernes intentaron ayudados por familiares y amigos romper un cerco policial de mallas y vallas metálicas.

Los manifestantes trataron de romper las mallas y lanzaron cartones quemados hacia los uniformados antimotines, que se mantuvieron en posición sin que se reportaran heridos.

Grupos de minusválidos pernoctaron las últimas dos noches en las cuatro vías de acceso a la plaza principal de La Paz e insistieron en su pedido de incrementar un subsidio mensual de 80 bolivianos (11,5 dólares) a 500 bolivianos (72 dólares) por persona, y que el mandatario Evo Morales les escuche.

"Queremos un diálogo con el señor presidente", dijo luego Miguel Mamani, otro de los líderes de los manifestantes, al tiempo que el ingreso a la plaza de Armas continuaba restringido por policías.

Sin perspectiva de diálogo, cuatro discapacitados iniciaron este viernes una huelga de hambre, exigiendo soluciones, mientras el gobierno abrió otra vía de diálogo con otro sector de los minusválidos, aunque no fue del grupo de quienes marcharon por 35 días hasta La Paz desde la ciudad de Cochabamba, 400 km este.

El gobierno volvió a señalar que el pedido económico está fuera del alcance de las arcas del Estado. Según el Ejecutivo, el aumento del subsidio supondría subir el presupuesto anual para el sector de 22 millones de bolivianos (3,2 millones de dólares) a 368 millones de bolivianos (52,9 millones de dólares).

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