La mitad de los niños sirios en edad escolar que se encuentran en Líbano, unos 187.000, no van a la escuela. En lugar de recibir educación en el país que acoge el mayor número de refugiados per cápita en el mundo, miles de niños sirios, algunos de tan sólo seis años de edad, trabajan en la agricultura, en las fábricas, en el sector de la construcción y en las calles.
A pesar de que Unicef y el Gobierno libanés han proporcionado acceso a escuelas públicas a más de 150.000 niños sirios refugiados, la agencia de la ONU calcula que serían necesarios 240 millones de dólares para 2017 con los que poner en marcha programas educativos que posibiliten que más niños accedan a un aprendizaje de calidad en Líbano.
En este contexto, y coincidiendo con el inicio de las conversaciones en Helsinki sobre la ayuda humanitaria en Siria, Unicef ha hecho público el proyecto ‘#ImagineaSchool’, un documental interactivo que ofrece una mirada íntima a las vidas de los niños sirios en edad escolar que viven como refugiados en Líbano y que analiza, de primera mano, los desafíos que enfrentan a la hora de acceder a la educación.
A nivel mundial, según denuncia Unicef, la educación sigue siendo uno de los sectores menos financiados en los llamamientos humanitarios. En 2015 los organismos humanitarios recibieron sólo el 31% de sus necesidades de financiación de la educación, frente al 66% de hace una década.
CASI 200.000 NIÑOS SIRIOS REFUGIADOS EN LÍBANO NO VAN A LA ESCUELA
NOTICIA
23.01.2017 - 00:00h
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