La zona es la histórica parcela de los terrenos de Santa Catalina Labouré, una parcela que constituye una de las reivindicaciones históricas de las vecinas y vecinos del barrio de Opañel que pedían al Arzobispado que no hiciese un uso funerario de la zona y ésta fuese cedida para un uso social.
El documento urbanístico establece una nueva delimitación entre dos parcelas destinadas a zona verde y equipamiento religioso en el Barrio de Opañel, Distrito de Carabanchel.
Esta nueva delimitación, sin alterar la superficie de cada parcela, reconfigura su distribución para favorecer un uso más racional y conforme a los intereses generales, y especialmente de la zona verde existente y casi inútil con la anterior delimitación.
El pasado 8 de febrero, Arzobispado, Junta Municipal de Carabanchel, Plataforma de Vecinos de Opañel y Área de Urbanismo alcanzaban un acuerdo para reparcelación la zona.
La concejala de distrito, Esther Gómez, ha destacado que "la voluntad de acuerdo de todas las partes ha supuesto un pilar fundamental para que, finalmente, la parcela redunde en un bien común que podrá disfrutar todo el barrio".
Asimismo "la firma del Plan Especial supone un pequeño paso más para una solución que ha sido esperada durante muchos años por los vecinos y vecinas de Opañel".
ÁMBITO DEL PLAN ESPECIAL
La parcela que reordena el documento urbanístico tiene una superficie total de 6.300 m2 y se sitúa entre las calles de Arroyo de Opañel, Santa Catalina de Labouré, Eusebio Morán y Mercedes Domingo.
Esta manzana tiene dos usos diferentes y está a su vez subdividida en dos parcelas: una, con 2.435 m, tiene asignado uso dotacional de zona verde y espacio libre; y otra con una superficie de 3.865 m, es de uso dotacional, en concreto de equipamiento religioso.
La forma actual de la parcela calificada como zona verde es a día de hoy un polígono irregular compuesto por dos triángulos unidos en uno de sus vértices por un estrechamiento de poca dimensión.
En consecuencia, el terreno queda compartimentado en dos, con la consecuente división del espacio existente que dificulta la percepción y disfrute de su conjunto por parte de los usuarios.
La parcela de uso religioso formó parte del Convenio suscrito entre el Ayuntamiento y el Arzobispado en 1992. Al amparo de aquella cesión, se edificó la Parroquia de Santa María Labouré en 1995.
Posteriormente, se solicitó una ampliación que incluía una cripta, pretensión que produjo descontento vecinal.
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