El plan, que este año cumple su cuarta edición, impulsa medidas para proporcionar un entorno más seguro a los comerciantes, mediante la cooperación de todas las entidades públicas y privadas implicadas en la seguridad y en la actividad comercial.
Se realizará un refuerzo de la presencia policial, tanto de uniforme como de paisano, en aquellos espacios de mayor riesgo para los comerciantes, distribuidores y consumidores, como son las vías de más actividad comercial, los polígonos industriales y mercados, así como las zonas de ocio y diversión.
Como en años anteriores el operativo se establecerá en los cinco términos municipales de la provincia de Las Palmas en los que está desplegada la Policía Nacional (Las Palmas de Gran Canaria, Telde, San Bartolomé de Tirajana, Puerto del Rosario y Arrecife) y se mantendrá activo hasta el 9 de enero.
No obstante, en una fase previa iniciada a primeros de diciembre, los agentes de la Policía Nacional están contactando con los comerciantes de estos cinco municipios para informarles sobre medidas de seguridad y conocer los sistemas de que disponen sus establecimientos, ofreciéndoles también información sobre precauciones y prevenciones que deben adoptar para evitar convertirse en víctimas.
Para ello están facilitándoles guías y trípticos, de los que se repartirán más de dos mil de cada uno de ellos. Una pieza fundamental del Plan es la Guía Comercio Seguro, elaborada por las direcciones generales de la Policía y de Comercio Interior, con la colaboración de la Confederación Española de Comercio, que pone el acento en la forma de prevenir los delitos más comunes y en cómo deben actuar los comerciantes frente a determinadas situaciones o hechos delictivos.
El documento analiza las medidas de seguridad del establecimiento, tanto en el interior, como en el perímetro y en los accesos; la seguridad en la distribución de los productos para evitar pérdidas a proveedores y comerciantes; las medidas de seguridad de los productos; la seguridad en el desarrollo de la actividad comercial; actuación aconsejada ante una persona sospechosa o delincuente, y los pasos a dar en caso de ser víctima de un delito. También la guía recoge las formas delictivas más comunes en este sector.
Entre ellas destacan las distintas modalidades de hurtos como el 'chicle' en joyerías, el 'capote', las bolsas recubiertas de aluminio para evitar el funcionamiento de los chip de seguridad o la técnica de la mancha. En cuanto a las estafas, se apuntan las más habituales en el pago con billetes o monedas, el cambio de códigos de barras, el cajero bloqueado o manipulado, el 'carding' o la venta fraudulenta de productos y servicios a través de Internet.
Más adelante la guía informa sobre cómo hay que actuar ante un presunto delincuente o un hecho delictivo y relaciona con gran detalle las formas delictivas más comunes en los comercios, tanto en los casos de hurto y robo, como en las estafas más habituales.
El contenido de la Guía Comercio Seguro se compendia en un tríptico en el que se recogen las medidas de seguridad a adoptar en el establecimiento, concretamente en las puertas y persianas, las alarmas y la iluminación; en los productos, durante la distribución y durante la venta, y en la gestión de fondos (caja registradora, pago con tarjeta de crédito y comercio electrónico).
DECÁLOGO DE CONSEJOS
La Policía Nacional cuenta con un decálogo de consejos dirigidos a los comerciantes, como tener en los establecimientos un sistema de cierre seguro para todos los accesos; mantener alguna luz de fachada durante la noche; reforzar los espacios comunes (vestíbulos, escaleras...) o elementos de separación de su establecimientos con otros edificios; instalar un timbre exterior con sistema para apertura remota del local, o asegurar sus productos con sistemas de alarma electrónicos y mantenga fuera del alcance del público los de más valor.
No realizar el recuento de caja a última hora y evite hacerlo solo; fijar un límite de dinero para la caja registradora y vaya retirando de la misma lo que exceda del límite; no fiarse de servicios técnicos no contratados o sospechosos; cuando se cierre conectar la alarma de seguridad, asegurándose de que no haya nadie dentro, y evitar siempre el enfrentamiento con el delincuente, especialmente si va armado.
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