"No todas las muertes están relacionadas con la guerra contra la droga", ha señalado este jueves el portavoz de la Policía filipina, Dionardo Carlos. Según Carlos, el número de sospechosos por drogas que han muerto en operaciones policiales es de 1.566. No obstante, ha añadido que hay unas 722 muertes que están todavía siendo investigadas.
Según comunicó la Policía a la agencia de noticias Reuters el 5 de octubre, unas 3.600 personas habían muerto a causa de la campaña contra la droga que lanzó Duterte poco después de asumir el cargo como presidente.
Carlos ha explicado que, de acuerdo con investigaciones recientes, se ha demostrado que de todas las muertes que están siendo investigadas en la actualidad, sólo 722 guardan relación con el narcotráfico. El resto están relacionadas con casos de homicidio.
A pesar de las críticas internacionales, el Gobierno ha alegado en todo momento que su iniciativa contra las drogas respeta los Derechos Humanos y cumple con la legislación. El mandatario filipino ha invitado al secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, y al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, a visitar el país para comprobar de primera mano cuál es la situación. Respecto a sus controvertidas declaraciones --llegó a insultar a Obama en un discurso--, Duterte aseveró: "Nuestro problema ahora no es mi boca, son las drogas".
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