La policía tailandesa contradijo este viernes al ejército que había anunciado la víspera la detención de 15 sospechosos en el marco de la investigación por la reciente cadena de atentados en varias localidades turísticas del país.
"Estas personas crearon un movimiento ilegal con intenciones políticas (...) pero no hay pruebas que los vinculen a los atentados", declaró ante la prensa Chayaphol Chatchaidej, alto responsable policial.
Desde el golpe de Estado de 2014, los militares se atribuyeron muchas competencias, como el derecho a retener en secreto a sospechosos durante siete días, pero, al término de ese plazo, deben entregarlos a la policía.
Así, el viernes por la mañana, los 15 sospechosos fueron trasladados a los locales de la policía, constató la AFP.
La policía anunció, en contra de lo que los militares afirmaban, que los detenidos podrían ser acusados únicamente de pertenecer a "una sociedad secreta ilegal" y de no respetar la prohibición de organizar reuniones políticas.
Esta anuncio pone de manifiesto un poco más las tensiones entre la policía y los militares en el poder.
El 11 y el 12 de agosto, once bombas explotaron en el sur de Tailandia, especialmente en enclaves turísticos, matando a 4 personas e hiriendo a otras 10. Por el momento, no se han filtrado detalles de la investigación y nadie ha reivindicado los ataques.
Los investigadores han apuntado a la pista de un "sabotaje local" y han excluido que se tratase de un ataque terrorista internacional.
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