REFUGIADOS. ACNUR Y LA OIT COLABORARÁN PARA AYUDAR A LOS REFUGIADOS A ENCONTRAR TRABAJO

La Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) firmaron hoy en Ginebra un acuerdo para promover las posibilidades de empleo para los refugiados, desplazados internos, apátridas y otras personas bajo el mandato de Acnur.
A finales de 2015 había 21,3 millones de refugiados en todo el mundo, muchos de ellos bien sin trabajo y, por lo tanto, sin poder contribuir económicamente, o bien excluidos del sector formal y obligados a ganarse la vida desempeñando trabajos mal pagados y a veces peligrosos.
El nuevo Memorando de Entendimiento (MdE) entre Acnur y la OIT se centra en desarrollar una mejor labor de asistencia para ayudar a los gobiernos a encontrar trabajo seguro y digno para los refugiados y las personas desplazadas dentro de su propio territorio. También presenta las medidas necesarias para asegurar la inclusión de los refugiados en el mercado laboral y en iniciativas de desarrollo.
“Permitir a los refugiados que trabajen les ayuda a valerse por sí mismos, a recuperar la confianza y reconstruir sus vidas. Igualmente importante es que puedan contribuir económicamente a las comunidades de las que forman parte”, dijo Volker Türk, asistente del Alto Comisionado para la Protección de Acnur.
“Los elevados niveles actuales de desplazamiento forzado no pueden gestionarse mediante medidas provisionales. Este MdE permitirá a nuestros dos organismos aunar fuerzas y promover soluciones integrales y duraderas que permitan obtener un trabajo digno a los refugiados y a otras personas desplazadas por la fuerza, a la vez que se protegen sus derechos y se apoya a los países y comunidades que acogen a refugiados”, señaló Deborah Greenfield, directora general adjunta de Políticas de la OIT.
Acnur y la OIT ya habían firmado un MdE en 1983. El documento firmado este martes se apoya en éste, lo actualiza y abre la puerta para una mayor cooperación.
CON MIEDO
Este acuerdo llega en un momento en que las personas desplazadas se enfrentan a retos y riesgos muy similares en todo el mundo. Diversos obstáculos de carácter legal, administrativo y social se interponen entre ellas y el empleo. Si consiguen encontrar trabajo, es a menudo en la economía sumergida, donde no se les paga casi nada, son hostigados o forzados a trabajar en condiciones peligrosas por miedo.
A pesar de que en los medios de comunicación son cada vez más frecuentes las noticias sobre manifestaciones de xenofobia en todo el mundo, varios países han empezado a darse cuenta del potencial que tienen los refugiados y los desplazados internos para contribuir a sus comunidades y a las economías de los lugares que los acogen.
A finales de marzo, el ministro de inmigración de Canadá se comprometió a colaborar estrechamente con el sector privado del país para mejorar la integración económica de los refugiados mediante formación técnica u oportunidades para realizar prácticas laborales.

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