REFUGIADOS. LO PRIMERO QUE APRENDEN A DECIR LOS NIÑOS DE LOS CAMPOS ES "NO BORDERS"

- Según activistas independientes. La fotógrafa y activista independiente Jesse Oaks señaló durante la subasta de su exposición sobre campos de refugiados griegos y serbios a favor de la fundación Holes in the Border, que tuvo lugar este fin de semana en la Fundación Internacional Baltasar Garzón (Fibgar) de Madrid, que lo primero que aprenden a decir los niños que se encuentran en estos campos es "No borders" (no fronteras).
La exposición, dedicada exclusivamente a los niños, se titulaba 'Tomorrow yes?', que es "la pregunta que los niños te hacen cada día porque quieren saber si mañana te van a ver", indicó la autora de la muestra.
Oaks estuvo meses en campos de refugiados de Grecia y comprobó que sus habitantes "viven en una situación de desarraigo constante". "Estas personas viven exclusivamente gracias a la acción civil de ciudadanos de a pie que queremos justicia social", indicó.
La fotógrafa alertó de que los niños tienen muy interiorizada la violencia: "Un niño jugaba con su hermano a que uno era militante de Daesh y el otro era su prisionero".
Además, indicó que las ONG grandes, "en caso de tener presencia en los campos, tienen horario de oficina y se lavan bastante las manos con lo que pase fuera de este horario".
En esta misma línea, una de las fundadoras de Holes in the Border y traductora intérprete de árabe, Laila, destacó que "fui un tiempo como voluntaria de una ONG pero decidí no seguir más con ella porque vi muchos abusos de derechos humanos y no te dejaban denunciarlo ni contarlo a la prensa porque comprometías a esa ONG".
Por ello, decidió ser activista independiente y formar la citada fundación junto a otras voluntarias independientes.
El actor Jorge Suquet estuvo dos semanas como voluntario en un campo de refugiados y señaló que "las personas que viven en la capital no quieren escuchar lo que verdaderamente pasa en estos campos".
Durante el acto, dos niños contaron sus historias como refugiados. Mohammad, de 14 años, explicó su travesía hasta Serbia, donde ahora mismo reside en malas condiciones, y un niño de 16 años contó los abusos sexuales que había vivido.

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