Rajoy, ¡como mínimo siete años!

  • Aprobar los presupuestos es estabilidad para dos años porque una vez aprobados los de 2017 se podrían prorrogar para 2018. 

    Si las cosas no se tuercen podría presentar un ramillete de triunfos económicos: salida de la crisis, reducción del desempleo (por debajo del 15%), creación de puestos de trabajo hacia los 19/20 millones de total de ocupados...

J.R. Pin Arboledas
J.R. Pin Arboledas

Parece que es posible que los Presupuestos Generales del Estado sean aprobados con más o menor retoques sobre el Proyecto presentado por el Gobierno. La coalición parlamentaria PP, C’s y CC suma 170 votos. El PNV tiene 5 y para apoyarlos ha negociado, por ejemplo, la terminación de la Y del AVE. El diputado de Nueva Canaria se lleva 700 Millones de Euros para el archipiélago y puede que vote a favor del trámite de admisión. Son 176 votos, los justos para salvar el escollo parlamentario porque en el Senado el PP tiene mayoría absoluta. De manera que el Gobierno podría conseguir aprobar estos Presupuestos. Por los pelos pero con éxito.   

Eso, independientemente de la bondad o no de su contenido es bueno para la economía y para la política; da estabilidad. Estabilidad para dos años porque una vez aprobados los de 2017 se podrían prorrogar para 2018. Con lo cual habría dos años más de Gobierno estable asegurado ya que la única ley que si no sale aconseja la disolución de las cámaras es la de Presupuestos. 

La consecuencia es que Rajoy estaría, al menos, dos años más en el Gobierno, sumando siete entre: cuatro de la primera legislatura, uno del Gobierno en funciones y dos, como mínimo, de esta legislatura. Rajoy habría salvado la “honrra”, como ya escribí en este digital, dado que, salvo los dos primeros Presidentes de la democracia (en la transición española), los tres siguientes habrían estado dos legislaturas y siete años son casi lo mismo.  

¿Cuál sería la ejecutoria de Rajoy como Presidente al final del 2018?  

Si las cosas no se tuercen podría presentar un ramillete de triunfos económicos: salida de la crisis, reducción del desempleo (por debajo del 15%), creación de puestos de trabajo hacia los 19/20 millones de total de ocupados, reestructuración bancaria y saneamiento financiero, aumento de las exportaciones y el turismo, crecimiento del PIB. Aún quedarían pendientes dos temas claves: la deuda pública, que debería empezar a bajar ahora, y las pensiones, cuya solución es peliaguda.  

Por la parte política, si los jueces se dan un poco de prisa, habría dejado al PP sin la carga de los asuntos de corrupción y consolidado el partido de Centro-derecha. Probablemente con otro gallego Núñez Feijoo como candidato con muchas posibilidades. Habría dado tiempo al otro partido del “régimen”, el PSOE, a consolidarse y tener expectativas de Gobierno. Habría resuelto la crisis institucional de España y, dentro de ella, habría apoyado una transición en la Jefatura del Estado sin traumas con la subida al trono de Felipe VI. Quedaría por ver como acaba la “cuestión catalana”, la gran preocupación de la política española. 

A finales de 2018 no estarían resueltos todos los problemas de España, pero si habría muchos encauzados y ¡alguno tiene que quedar para los siguientes! Así que estos presupuestos no son sólo un tema económico. Son sobre todo una cuestión Política.  

¡Quien lo iba a decir después de las elecciones de dos mil quince! Y es que en eso de durar D. Mariano es un lince. 

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