Robin Hood: donde los corazones heridos comen con mesa, mantel y cubiertos

Si una pasea por las inmediaciones de la madrileña Glorieta de Bilbao, en la calle Eguilaz, concretamente, un cartel llama la atención en lo que a simple vista parece ser una cafetería, un restaurante o una casa de comidas al uso, de esas de toda la vida que se multiplican por le Madrid más castizo. "En este restaurante sí se fía". El cartel de bienvenida del restaurante 'Robin Hood', su nombre ya indica por donde van las cosas en él, sorprende por inusual.

Y es que en Robin Hood, dice su lema, "alimentamos corazones". Además, sigue anunciando el sorprendente, por poco habitual, cartel de bienvenida al coqueto restaurante que "Aquí sí puedes": Tener wi-fi gratis; Sentarte a descansar si lo necesitas; traer tu comida y pedir sólo la bebida; utilizar los aseos sin necesidad de consumir; si te has quedado sin saldo y necesitas hacer una llamada, pídenos el móvil; pedirnos una aspirina si te duele la cabeza; dejar pagado un menú o un café para alguien que lo necesite; cambiar de pañal a tu hijo; ver la televisión sin necesidad de consumir; desfibrilar tu corazón si lo necesitas; cantar, siempre y cuando a los demás no les moleste; puedes llevarte un menú para alguien que esté en extrema necesidad y no pueda desplazarse hasta el restaurante; leer periódicos y revistas, pero sin recortarlos; venir con tus amigos y cocinar vuestra comida cuando tengas algún cumpleaños o algo especial para celebrar...Constan, Nuria, Marga y Patri nuestros voluntarios de #RobinHood con María y Luis antes de la cena. pic.twitter.com/2SuhAUODa4— Mensajeros de la Paz (@Padre__Angel) 3 de diciembre de 2016

Un restaurante, en fin, social, o una ONG-restaurante o un restaurante-ONG. En dos palabras: Robin Hood. Un nombre que "nos es casual" y aunque la leyenda "nos describe al héroe británico como un hombre que robaba a los ricos para dárselo a los pobres", en "nuestro caso lo que queremos es compartir: Que las personas que más tienen compartan con los que más necesitan"."Dignamente: Con mesa y mantel"

Quién así habla es nuestro 'Robin Hood' particular, el padre Ángel García (11-3-1937, La Rebollada (Mieres), Asturias), fundador de Mensajeros de la Paz. Hace unas semanas, el padre Ángel se asomó a la puerta de la parroquia de San Antón y pensó: "Esto no puede ser". Frente a él había una fila de unas doscientas personas aguardando por un bocadillo en la calle de Hortaleza. "Que pase esto en el siglo XXI es indigno", se dijo a sí mismo el párroco de esa iglesia. Y con esas entró convencido de hacer algo y ese mismo día se puso a buscar traspasos de locales. El objetivo: Que las personas sin recursos coman "dignamente" con "mesa, mantel y platos y cubiertos de verdad".Te recordamos que nuestro restaurante solidario #RobinHood está abierto hasta las 6 de la tarde. A esa hora atendemos a nuestros amigos. pic.twitter.com/ZdXurc9Wt9— Mensajeros de la Paz (@Padre__Angel) 2 de diciembre de 2016

Y el local lo encontró el padre Ángel en el número siete de la calle de Eguilaz. Una pequeña cafetería, con capacidad para 50 comensales y que en dos turnos podría dar de comer a 100 personas "con manteles de tela y cubiertos". Sin colas. Y sin pasar frío.El primer restaurante para personas sin techoY así surgió Robin Hood: el primer restaurante para personas sin techo de Madrid o en situación de riesgo de pobreza o exclusión social. Aunque este local no va a ser el único que se abra. La idea de Mensajeros de la Paz y el padre Ángel, que gestiona este restaurante con el apoyo de la empresa de catering Servicios Hosteleros Marín, es crear una franquicia "para que los pobres puedan sentarse a comer con dignidad" y así, ya están en proyecto nuevos restaurantes en Madrid, Toledo, Ciudad Real, Oviedo y Gijón.El restaurante Robin Hood ya empieza a servir a nuestros sin hogar. Mañana inauguración oficial. pic.twitter.com/By9vS1Enzc— Mensajeros de la Paz (@Padre__Angel) 28 de noviembre de 2016Y es que el restaurante ha recibido desde que abrió sus puertas el 30 de noviembre a más de mil personas sin hogar, unos cien comensales cada noche. Además, a mediodía el restaurante abre para el público en general por lo que desde su puesta en funcionamiento ya han degustado sus menús "miles" de personas, según explica el padre Ángel. "Van pasando por allí a comer y cenar todos los días, es una maravilla ver la bondad, la generosidad y que estamos todos deseosos de hacer el bien", ha subrayado.Para garantizar el servicio, unos 50 voluntarios se turnan cada día y, a ellos se suman los camareros profesionales y los chefs que irán cada quince días para ofrecer platos de alto nivel a las personas sin recursos que acudan a cenar. Además, el padre Ángel cuenta que recientemente un cocinero se ha ofrecido a prepararles cocido madrileño todos los viernes.Según indica el sacerdote, "a veces la solidaridad no es dar dinero sino ir allí y ponerse el mandil, servir y, sobre todo, dar cariño" porque "en Robin Hood, el menú es la compañía".Pero además del espíritu, los 'corazones heridos' se acercan al Robin Hood a comer, a llenar sus vacíos estómagos. Este sábado 10 de diciembre hacía frío en la capital y el menú era suculento: Judías pintas con arroz, emperador a la plancha con patatas y plátano. "Está todo muy rico", comenta Almudena (40 años)... Y el periodista, sentado a la mesa junto a ellos, lo corrobora: En Robin Hood la comida está muy rica."Un ángel que nos ha dado la vida"El padre Ángel es... "un ángel", sentencia Almudena casi emocionada, con los ojos humedecidos y olvidándose, por un momento, del filete de emperador a la plancha que llena su plato. Enfrente suya, su pareja Alfonso Santamaría (46 años) asiente: "Nos ha dado la vida y una oportunidad para salir adelante". Por circunstancias de la vida, estos dos madrileños, que vivían en la calle, se acercaron a la parroquia de San Antón cuando estaban desesperados y ahora "el padre nos ha devuelto la dignidad. Comer aquí, caliente, con mesa y mantel nos devuelve la dignidad y una posibilidad de seguir luchando para salir adelante porque además del estómago el corazón y el alma también necesitan comer", dicen.Y es que entre las siete de la tarde y las nueve de la noche, en el Robin Hood no se para. Allí entran familias enteras, como la de Kevin, Mariana y su hijo José Luis, son nombres ficticios, un matrimonio de inmigrantes ecuatorianos y su hijo de 21 años, que buscan en el Robin Hood un plato de comida y un poco del afecto y el calor humano que las garras de la crisis les arrancaron cinco años después de su llegada a España. Como se puede comprobar, el Robim Hood es un éxito... Y una "bendición" para "nosotros" y para "mucha gente que lo está pasando mal", dicen al unísono Alfonso y Almudena...Así, el próximo restaurante solidario que abrirá sus puertas estará ubicado en la calle de Alcalá con García Noblejas, también en Madrid, y el padre Ángel tiene previsto que esté en marcha antes de Navidad para cubrir la amplia demanda. Así, se sumará al ubicado en la calle Eguilaz, 7. Y es que el padre Ángel no para. De Momento ha conseguido que su restaurante para los sin techo sea promocionado por la Real Academia de la Gastronomía que preside Rafael Ansón.Y es que en el menú del Robin Hood el primer plato es la amistad; de segundo hay dignidad y, como postre, compañía... Como reza el cartel de la puerta de la calle Eguilaz 7 el príncipe de los ladrones en el bosque de Sherwood, en la británica Nottingham dicen que dijo una vez: "No ha diferencias entre un caballero y cualquier otro hombre, aparte de sus ropas". Palabra de Robin Hood.