Hace unos meses, el TPI abrió una investigación preliminar sobre Burundi, centrada en los asesinatos, encarcelamientos, torturas, desapariciones forzadas, violaciones y otras formas de violencia sexual. El país se vio inmerso en una ola de violencia a raíz de la decisión del presidente, Pierre Nkurunziza, de optar a un tercer mandato.
El enfado se plasmó en una votación parlamentaria celebrada la semana pasada y que confirmó la anunciada ruptura con el TPI. Un año después de que Burundi traslade el resultado de dicha votación a la ONU, el país dejará de estar obligado por los dictados del tribunal.
El presidente de la Asamblea de Estados parte del Estatuto de Roma, Sidiki Kaba, ha expresado su preocupación por esta decisión y ha emplazado a las autoridades burundesas a iniciar un "diálogo" para resolver cualquier discrepancia, según un comunicado de la corte internacional.
El TPI dijo en abril que la violencia política en Burundi había dejado unos 450 muertos y forzado a cientos de miles de personas a huir.
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que lainformacion.com restringirá la posibilidad de dejar comentarios