La mujer pagó a un fontanero para que modificaran su instalación para poder defraudar agua después de que la empresa se negara a rectificar una factura de importe inusualmente elevado a raíz de una fuga.
La empresa sí reconoció el exceso en otra factura pero se negó a aplicar la misma tarifa para la segunda, pese a que todavía no había reparado la avería.
Por ello, la mujer modificó la instalación para incorporar una conexión ilegal en forma de 'T' para contar con un segundo caudal de agua, sin control y sin abonar su precio.
En la sentencia conocida este martes, la Audiencia estima el recurso de apelación de la acusada y considera que no se puede considerar probado que la cuantía económica defraudada ascienda a unos 858 euros, por lo que absuelve a la mujer del delito de defraudación y la condena como autora de una falta de defraudación. Así, la multa impuesta a la condenada pasa de unos 4.500 euros a unos 600 euros.
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