Abdulá y Gani disputarán segunda vuelta de los comicios con elemento etnico

  • Abdulá Abdulá y Ashraf Gani se medirán el próximo 14 de junio en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Afganistán, en las que el componte étnico puede jugar en contra del candidato más votado en la primera fase.

Fawad Waziri

Kabul, 15 may.- Abdulá Abdulá y Ashraf Gani se medirán el próximo 14 de junio en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Afganistán, en las que el componte étnico puede jugar en contra del candidato más votado en la primera fase.

Adbulá, de padre pastún, etnia que representa el 40 por ciento de la población afgana, y madre tayika, obtuvo el 45 por ciento de los votos en la primera vuelta de los comicios el pasado 5 de abril, según anunció hoy la Comisión Electoral (IEC) del país asiático.

Pese a que su padre es de origen pastún, este oftalmólogo de profesión es a menudo identificado con la minoría tayika, por su ascendencia materna y por su vinculación con Ahmad Sha Masud, líder de la insurgencia contra la ocupación soviética idolatrado por los tayikos.

No obstante, contará con el apoyo, entre otros, del tercer candidato más votado, Zalmai Rasul, con el 11,4 % de las papeletas a su favor en la primera ronda, quien anunció hace unos días su apoyo a Abdulá.

Por su parte, el tecnócrata Gani, pastún, consiguió esta vez el 31,6 %, frente al 3 % con el que quedó en cuarto lugar en las anteriores elecciones de 2009.

Ambos candidatos competirán para suceder al actual presidente afgano, Hamid Karzai, de cuyo Gobierno formaron parte antes de pasar a la oposición, Abdulá como ministro de Asuntos Exteriores y Gani de Hacienda.

Los dos veteranos políticos se medirán en una segunda vuelta al no haber superado ninguno el 50 % de los sufragios, en una campaña que comenzará el 22 de mayo aunque el resultado definitivo no está previsto hasta el 22 de julio.

Las votaciones estaban programadas inicialmente para el 7 de junio, pero se retrasan al 14 por problemas de seguridad y logísticos, según reconoció el director de la Comisión Electoral, ya que se necesita reponer papeletas quemadas en centros de votación y contratar a unos 3.000 trabajadores electorales.

El mismo número que ha sido excluido de la segunda fase por las sospechas de su connivencia con el fraude denunciado en la primera ronda, ya que la Comisión de Quejas Electorales (IECC) invalidó las votaciones en 331 colegios electorales.

El equipo electoral de Abdulá denunció que de los 6,6 millones de votos emitidos, unos 900.000 necesitaban ser aclarados y de ellos 530.000 ya han sido registrados como lícitos.

Las anteriores elecciones presidenciales de 2009 estuvieron salpicadas de polémica por supuestos fraudes, que llevaron a Abdulá a retirarse en la segunda ronda contra Karzai, a quien la Constitución afgana impide concurrir a un tercer mandato.

El 5 de abril en 1.130 de los 20.561 colegios electorales no se celebró la votación por problemas de inseguridad o de logística, aunque el desarrollo de los comicios fue elogiado por los aliados de Afganistán al considerar que la participación fue alta pese a la amenaza de los talibanes de atentar contra quienes participaran.

Las elecciones se celebran en un momento en que las tropas de la OTAN en Afganistán se hallan en pleno proceso de retirada y transfieren gradualmente las competencias de seguridad a la Policía y al Ejército afganos.

El repliegue concluirá el próximo diciembre, si se cumplen los plazos previstos, pero la comunidad internacional sopesa mantener cierta presencia militar más allá de esa fecha.

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