Acusación de narcotráfico y paramilitarismo coloca a Uribe contra las cuerdas

  • El expresidente y actual senador, Álvaro Uribe, vivió hoy uno de los días más difíciles de su carrera política cuando fue acusado ante el Senado de haber colaborado con el narcotraficante Pablo Escobar y de haber contribuido a la expansión de la violencia paramilitar en Colombia.

Bogotá, 17 sep.- El expresidente y actual senador, Álvaro Uribe, vivió hoy uno de los días más difíciles de su carrera política cuando fue acusado ante el Senado de haber colaborado con el narcotraficante Pablo Escobar y de haber contribuido a la expansión de la violencia paramilitar en Colombia.

Las acusaciones fueron vertidas por el también senador Iván Cepeda, del izquierdista Polo Democrático Alternativo (PDA), durante un debate de control político celebrado en el Senado.

Uribe fue acusado por Cepeda de haber otorgado licencias para aterrizar en Medellín a avionetas del cartel de Pablo Escobar, cuando era director de la Aeronáutica Civil (1981-1982), como el piloto del capo, Álvaro Suárez Granados, y el que fuera el abogado o "banquero" del narcotraficante, Luis Carlos Molina, entre otros.

También de haber sido miembro "de la Junta Directiva de una empresa de Luis Carlos Molina", condenado por el homicidio en 1986 de Guillermo Cano, el director del periódico El Espectador.

"Estamos ante una relación comercial entre Álvaro Uribe y el Cartel de Medellín, nada más y nada menos", dijo Cepeda.

Durante su intervención, el senador del Polo también dijo que Jaime Uribe, hermano fallecido del expresidente, mantuvo una relación sentimental con Dolly Cifuentes, del clan Cifuentes Villa, que "en la actualidad sería proveedor de cocaína y desempeñaría las tareas de lavado de activos para el Cartel de Sinaloa", agregó.

A continuación dijo que Uribe había potenciado la actividad criminal de los paramilitares en Antioquía (noroeste) cuando fue gobernador de ese departamento (1995-1997), años en los que las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) incrementaron las masacres y la violencia contra la población civil.

Según Cepeda, "hay dos sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos que hacen referencia a distintos hechos ocurridos durante el periodo de gobernación de Antioquia, donde Uribe no atendió las denuncias de paramilitarismo de ciudadanos, frente a las que tuvo una actitud omisiva".

Para apoyar sus denuncias, el senador del PDA presentó al Senado documentos, grabaciones y vídeos con pruebas y testimonios de exjefes paramilitares recopiladas a largo de años de investigación, un material que, anunció, entregará a la Justicia colombiana.

A pocos minutos de iniciar el debate, Uribe se levantó junto a su bancada y se dirigió a la Corte Suprema de Justicia para presentar "pruebas" contra Cepeda, al que llamó "aliado del grupo terrorista de las FARC".

Antes arremetió contra el actual mandatario, Juan Manuel Santos, del que dijo fue "promotor" de un debate encaminado a favorecer "a los gobiernos del terrorismo".

Y a la prensa: "Me retiro para dirigirme a la Corte Suprema de Justicia para radicar pruebas de la mayor importancia de que este debate está apoyado por el grupo terrorista de las FARC y publicitado por Telesur y Canal Capital, medios de comunicación que apoyan el terrorismo", dijo.

Regresó unas dos horas después, cuando airado inició la defensa de su honor y de su familia: "Solo prosperan las denuncias contra mi familia por estar relacionados conmigo", aseveró.

Y negó conocer al exjefe de las AUC Salvatore Mancuso, tal y como había revelado Cepeda, al reivindicar que la desmovilización de las Autodefensas se produjo bajo su Gobierno, en 2006.

Sobre las Convivir, organizaciones de civiles armados y germen de las AUC, que fueron impulsadas en Antioquia durante su etapa al frente de la Gobernación, respondió que no era él quien les otorgaba licencias de vigilancia.

Al término de su intervención citó a otros medios de comunicación que a su juicio le han perjudicado, como Caracol Radio y Caracol Televisión, a los que, afirmó, había solicitado grabaciones de jefes paramilitares y que nunca le fueron entregadas.

Su último ataque fue contra Jimmy Chamorro, senador oficialista de la Unidad Nacional, al que acusó de haber recibido "cheques de carteles del narcotráfico", lo que provocó un rechazo mayoritario del resto de legisladores.

"Bochorno", "vergüenza" o "espectáculo", fueron algunos de los adjetivos que portavoces políticos dedicaron a la intervención de Uribe, quien abandonó en una exhalación la Cámara tras defenderse de graves acusaciones relacionadas con la crueldad que ha dominado el conflicto armado colombiano en las últimas décadas.

La senadora de la Alianza Verde Claudia López llegó a poner en duda que la intervención de Uribe fuera "digna de un expresidente".

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