Afganistán estrenó un Gobierno de unidad y despidió a medias a la OTAN

  • El primer cambio de Gobierno pacífico en la historia reciente de Afganistán abrió en 2014 un nuevo escenario en el convulso país asiático, donde la OTAN mantendrá su presencia aunque haya concluido su misión bajo mandato de Naciones Unidas.

Baber Khan y Luis Ángel Reglero

Kabul/Nueva Delhi, 11 dic.- El primer cambio de Gobierno pacífico en la historia reciente de Afganistán abrió en 2014 un nuevo escenario en el convulso país asiático, donde la OTAN mantendrá su presencia aunque haya concluido su misión bajo mandato de Naciones Unidas.

El nuevo presidente afgano, Ashraf Gani, ha tomado el relevo de Hamid Karzai, quien llegó al poder en 2001 encumbrado por Estados Unidos a raíz de la invasión americana que acabó con el régimen talibán y supuso el inicio de la misión de la OTAN, la ISAF.

Ashraf Gani preside un Gobierno de unidad en el que su contrincante electoral, Abdulá Abdulá, ejerce la nueva figura de jefe del Ejecutivo, creada para acallar sus denuncias de fraude en las elecciones.

El equipo de Adbulá paralizó varias veces el proceso electoral y hubo que recontar los más de ocho millones de votos, con lo que los comicios se prolongaron de abril a septiembre, hasta que la mediación de Estados Unidos propició un Gobierno de unidad nacional.

Gani anunció "una nueva era" de paz en el país nada más ser proclamado vencedor con el 55 % de los votos y su primera decisión tras tomar posesión del cargo fue firmar un acuerdo sobre seguridad con Estados Unidos, cuyo presidente, Barack Obama, visitó Kabul en mayo.

El Acuerdo Bilateral de Seguridad firmado en septiembre garantiza que a partir de 2015 las tropas estadounidenses seguirán liderando la presencia internacional, acompañadas en menor medida que hasta ahora de sus aliados europeos, como España, hasta sumar unos 12.500 efectivos.

Los 9.800 militares estadounidenses previstos, lejos de los 74.400 que ha llegado a haber en suelo afgano, se irán reduciendo hasta el mínimo necesario al término de 2016 para entrenamiento de fuerzas afganas y apoyo en la lucha contra la red de Al Qaeda.

La ISAF, la misión que bajo mandato de Naciones Unidas ha aglutinado desde 2001 efectivos de medio centenar de países, dará paso de este modo a una nueva operación de menor intensidad después de que en junio las Fuerzas de Seguridad afganas tomaran plenamente el mando de la lucha contra los talibanes.

Gani ha invitado a los insurgentes a unirse a un proceso de diálogo y reconciliación, ya que "la paz es la prioridad máxima" en su mandato, pero sin que haya obtenido respuesta.

La liberación en junio de cinco líderes talibanes retenidos en Guantánamo a cambio del único prisionero estadounidense cautivo en Afganistán, el sargento Bowe Bergdahl, secuestrado en 2009, se esperaba que pudiera abrir una vía al reinicio del diálogo de paz.

Pero el proceso de paz sigue en punto muerto después del fracaso hace un año de una nueva iniciativa de diálogo impulsada por Estados Unidos en Catar.

A medida que se retiran las tropas de la ISAF, los insurgentes siguen lanzando ofensivas, llegando a tomar distritos enteros y dejando decenas de muertos, algunos decapitados o ahorcados, en sus enfrentamientos con las Fuerzas de Seguridad afganas.

En una de sus acciones, en agosto llegaron a acabar en Kabul con la vida del general Harold J. Greene: la primera baja de un militar en activo estadounidense de ese rango desde la guerra de Vietnam.

Las provincias del sur y el oeste del país siguen azotadas por la violencia, con atentados suicidas como el que costó la vida en julio en el distrito de Orgun a 42 personas y otras 67 resultaron heridas.

La guerra se ha cobrado de nuevo este año en Afganistán la vida de periodistas como la alemana Anja Niedringhaus, que moría en abril en un tiroteo en el que resultaba herida grave la canadiense Kathy Gannon, o el sueco Nils Horner, quien fallecía por disparos de bala en marzo en Kabul.

Además de la guerra, los desastres naturales siguen azotando Afganistán y en mayo más de 2.000 personas murieron en un corrimiento de tierras en el noreste del país.

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