Afganistán y ACNUR quieren evitar la llegada masiva de refugiados desde Irán

  • Las autoridades afganas y el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) reiteraron hoy su preocupación por la intención de Irán de expulsar a casi un millón de refugiados afganos en un plazo de tres meses.

Kabul, 22 dic.- Las autoridades afganas y el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) reiteraron hoy su preocupación por la intención de Irán de expulsar a casi un millón de refugiados afganos en un plazo de tres meses.

Según la cadena local Tolo, un portavoz del Ministerio de Inmigración afgano, Islamudín Jurat, exigió que Irán revise al menos el plazo para la repatriación, ya que Afganistán no puede asumir la llegada súbita de tal masa de población.

ACNUR, que hace dos días criticó la decisión de expulsar a un millón de personas durante el crudo invierno afgano, recordó hoy que no se hará cargo de los refugiados que carezcan de documentación, que son precisamente los que Teherán quiere repatriar.

En un comunicado enviado hoy desde su oficina en Kabul, ACNUR recalcó que las personas sin estatus legal de refugiadas "no caen bajo su mandato" y que no recibirán la ayuda económica prevista para los refugiados legales.

Los medios afganos se hicieron eco esta semana del anuncio del Ministerio iraní del Interior de deportar a un millón de afganos indocumentados, a cada uno de cuales se ofrecía una ayuda de 150 dólares que sería sufragada, según Teherán, por ACNUR.

En su nota de hoy, la agencia de Naciones Unidas afirma que Irán ha sido "uno de los huéspedes más generosos para los refugiados afganos durante tiempos difíciles", pero aboga por las medidas de regreso voluntario "para conseguir una integración sostenible en su país".

Irán acoge a unos 900.000 refugiados afganos registrados oficialmente, a los que hay que añadir una cantidad que, según fuentes iraníes citadas por la agencia afgana AIP, roza el millón y medio de inmigrantes indocumentados.

Históricamente, Irán ha sido un destino habitual de emigración para los afganos, golpeados por décadas de guerras y que encuentran en su vecino del oeste un país con el que comparten numerosos lazos culturales y lingüísticos.

El Gobierno iraní, sin embargo, ha usado las amenazas de deportación masiva de afganos como una forma de presión política sobre las autoridades de Kabul y sobre la comunidad internacional que tiene desplegadas tropas en el país centroasiático.

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