AI denuncia que Turquía está cerrando sus puertas a los refugiados sirios

  • Turquía ha ido modificando su política de "puertas abiertas" para los refugiados sirios, hasta el punto de haber prácticamente cerrado el acceso a quienes huyen de la guerra, según ha denunciado hoy en Estambul la organización de derechos humanos Amnistía Internacional (AI).

Estambul (Turquía), 20 nov.- Turquía ha ido modificando su política de "puertas abiertas" para los refugiados sirios, hasta el punto de haber prácticamente cerrado el acceso a quienes huyen de la guerra, según ha denunciado hoy en Estambul la organización de derechos humanos Amnistía Internacional (AI).

La organización ha documentado 17 incidentes en los que refugiados sirios murieron por disparos de militares turcos al intentar cruzar la frontera y asegura que también hay numerosos casos de palizas y abusos.

Durante los primeros años de la guerra civil siria, Turquía permitió la entrada a todos los sirios que venían huyendo, pero ahora exige que se dirijan a los puestos de cruce oficial y allí sólo se les franquea la entrada si disponen de un pasaporte válido o necesitan urgente atención médica.

El problema es que, de momento, sólo quedan abiertos dos pasos fronterizos y quienes no viven cerca, no tienen a menudo opción de alcanzarlos, constató Andrew Gardner, portavoz de AI, al presentar hoy en Estambul un amplio informe sobre la situación de los refugiados sirios.

"Se les fuerza así a recurrir a los traficantes de personas y se fomenta la economía del contrabando", denunció.

Gardner teme que los 17 casos de muertes y las 10 palizas documentadas entre diciembre de 2013 y agosto pasado sólo sean una mínima muestra de una actitud destinada a ejercer presión contra los refugiados para "limitar el número de quienes llegan, porque los campamentos ya están llenos".

Las cifras oficiales hablan de 220.000 refugiados turcos acogidos en campamentos establecidos por el Gobierno turco, donde las condiciones de vida son relativamente correctas.

Se calcula que fuera de esos recintos viven otro 1,3 millones de refugiados.

"La gran mayoría no tienen ningún tipo de ayuda oficial y sobreviven con lo que les traen de comer los vecinos, pero no saben si comerán mañana", describió Gardner la situación de estos refugiados no residentes en los campos.

Sólo un 10 % de los niños tienen acceso regular a la enseñanza, por lo que "toda una generación está perdiendo su derecho a la educación", recalcó el investigador de AI.

La organización aplaudió al Gobierno turco por regular, tras 3,5 años de espera, el estatus legal de esos refugiados y haber empezado a registrarlos, lo que también les abrirá por primera vez la opción de trabajar de forma legal en el país, "un paso valiente", según AI.

Pero la aplicación de esta norma aún está muy lejos de haber supuesto un cambio en la vida cotidiana de las familias sirias.

Más de la mitad siguen sin registrar, señaló Gardner, que observó también un efecto negativo de la medida.

AI ha denunciado que si hasta ahora todos los refugiados en las provincias meridionales habían tenido acceso gratuito a los hospitales, ahora se empieza a restringir este derecho a los registrados, e incluso se ha pedido a las ONG que no atiendan quienes no lo estén.

"Esto se podría justificar después de una proceso de registro exitoso, pero no en esta fase; es algo muy preocupante", afirmó Gardner.

En cualquier caso, AI en que es la comunidad internacional, más que Turquía, quien "tras tres años de mirar hacia otro lado debe por fin asumir su responsabilidad".

Aparte de los propios vecinos de Siria, el número de países que han aceptado a refugiados de este conflicto "es miserablemente bajo: Alemania sí acogió a 28.000 personas, pero nadie más ha hecho nada, todos han fallado", denunció el portavoz de Amnistía Internacional.

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