Al dominio autonómico del PP aún se le resisten Andalucía, Cataluña y P.Vasco

  • El PP ha logrado hoy en las elecciones andaluzas uno de sus objetivos, ganarlas, pero las urnas no han sido suficientemente generosas con él y no va a poder sumar a su dominio autonómico el sillón de la Junta, que se le resiste, como también los de otras dos comunidades históricas: Cataluña y País Vasco.

Sagrario Ortega

Madrid, 25 mar.- El PP ha logrado hoy en las elecciones andaluzas uno de sus objetivos, ganarlas, pero las urnas no han sido suficientemente generosas con él y no va a poder sumar a su dominio autonómico el sillón de la Junta, que se le resiste, como también los de otras dos comunidades históricas: Cataluña y País Vasco.

En la cuarta ocasión en la que Javier Arenas se enfrentaba a unos comicios andaluces, los populares, que habían depositado todas sus esperanzas en el 25M, no han logrado sacarse esa "espinita".

Durante las últimas citas electorales la marea azul se ha ido extendiendo por todos los territorios regionales en una progresiva escalada del PP en las urnas que le ha llevado a arrebatar a su máximo rival político, el PSOE, dos de sus tres tradicionales feudos autonómicos: Castilla-La Mancha y Extremadura, que perdió en mayo pasado.

Pero el partido que lidera Mariano Rajoy todavía no ha podido igualar el récord de los socialistas, quienes a lo largo de la historia del estado autonómico han gobernado en todas las comunidades sin excepción. Un poder que han ido cediendo poco a poco.

Así las cosas, las tres asignaturas pendientes para los populares siguen siendo Andalucía, Cataluña y País Vasco, aunque a nadie se les escapa su actual influencia en los gobiernos de estas dos últimas comunidades.

En Cataluña los populares están apoyando las medidas contra la crisis económica y los recortes que está llevando a cabo el Gobierno de CiU presidido por Artur Mas.

Mientras, en Euskadi el lehendakari, el socialista Patxi López, no podría dirigir el Ejecutivo vasco si no hubiera sido por el apoyo del PP que lidera Antonio Basagoiti, aunque este último partido no quiso participar en el Gobierno.

En espera de los futuros pactos en Asturias, donde ningún partido ha logrado los votos suficientes para gobernar en solitario, el PP se sienta en los sillones presidenciales de once comunidades autónomas, además de en los de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.

Se trata de Aragón, Baleares, Cantabria, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Comunidad Valenciana, Extremadura, Galicia, Madrid, Murcia y La Rioja.

Lo hace, además, con una holgada mayoría, que en el caso de algunas de ellas, ha ido "in crescendo" en las últimas citas hasta convertir a dirigentes como la madrileña Esperanza Aguirre, el riojano Pedro Sanz o el murciano Ramón Luis Valcárcel en los líderes con mayor respaldo.

A los socialistas les sigue quedando Andalucía -si, tal y como se prevé, PSOE e IU pactan para formar gobierno-, el País Vasco y los premios de consolación que les supone estar al frente de alguna consejería en Navarra y Canarias.

Y ello, gracias a los gobiernos de coalición con UPN y con CC, respectivamente, que necesitaron al PSOE para poder mantenerse en el poder en la presente legislatura autonómica.

CiU gobierna en solitario en Cataluña. ¿De qué color será Asturias? Todavía no se sabe, pero el rojo está casi descartado toda vez que PSOE -el partido mas votado- e IU no suman los diputados suficientes para reeditar un pacto que ya les permitió gobernar en otras legislaturas.

Todo está abierto en el Principado, pero el PP podría formar parte de un gobierno de coalición con el Foro Asturias y, aunque sea dirigiendo alguna consejería, volver a participar en el Ejecutivo 17 años después de que uno de sus dirigentes, Sergio Marqués, lo presidiera.

Otras dos próximas citas esperan: las elecciones gallegas y vascas que se celebrarán el próximo año.

De las primeras no se espera, a priori, un cambio de signo y el PP podría seguir al frente de la Xunta. Más incógnitas se abren en las segundas.

En el mapa autonómico, prácticamente pintado de azul, todavía dos territorios siguen coloreados de rojo: uno en el norte y el otro, por los pelos, en el sur.

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