Al Sisi ve una "conspiración extranjera" en el último ataque en el Sinaí

  • El presidente de Egipto, Abdelfatah al Sisi, alertó hoy del dilema "existencial" que supone el terrorismo para Egipto y acusó a partes "extranjeras" de estar detrás del ataque armado que ayer acabó con la vida de al menos 31 soldados.

Belén Delgado

El Cairo, 25 oct.- El presidente de Egipto, Abdelfatah al Sisi, alertó hoy del dilema "existencial" que supone el terrorismo para Egipto y acusó a partes "extranjeras" de estar detrás del ataque armado que ayer acabó con la vida de al menos 31 soldados.

En una alocución difundida por televisión, Al Sisi, rodeado de altos mandos militares, afirmó que los ataques en la península del Sinaí son parte de una "conspiración extranjera", sobre la que no precisó su procedencia.

Se limitó a decir que la última agresión en el Sinaí, la más sangrienta contra el Ejército de los últimos años, "tiene detrás un apoyo extranjero brindado para romper la voluntad del pueblo egipcio", a pesar de que esta "no podrá quebrantarla nadie".

Desde la destitución militar de Mohamed Mursi el 3 de julio de 2013, ese tipo de acciones armadas se han intensificado en el Sinaí, sobre todo en el norte, feudo de grupos yihadistas.

Sin embargo, el mandatario quiso ir más allá y apuntó que esa supuesta conspiración es "incluso anterior" al derrocamiento del islamista y supone una amenaza para los cimientos del Estado.

"Egipto está librando una guerra existencial", señaló Al Sisi, que adelantó que las operaciones militares en el Sinaí contra esos grupos se extenderán en el tiempo y no se acabarán "en uno o dos meses".

Para mentalizar a los egipcios, el antiguo jefe de las Fuerzas Armadas también llamó a la unidad de los ciudadanos y advirtió del peligro de que haya "infiltrados" en las instituciones estatales.

El mandatario mantuvo hoy una reunión con la cúpula militar, que insistió en que "seguirán luchando contra el terrorismo hasta erradicarlo" y crearán un comité para aclarar las circunstancias en las que se produjo el ataque.

Además de dar el pésame a los familiares de los fallecidos, las autoridades declararon tres días de luto nacional.

Al menos 31 soldados murieron ayer y otros 26 fueron heridos en un ataque que comenzó con la explosión de un coche bomba conducido por un suicida contra un puesto militar y derivó en fuertes enfrentamientos entre las fuerzas castrenses y los hombres armados.

El suceso se registró en la zona de Qaram al Qauadis, 25 kilómetros al este de la localidad de Al Arish y cerca de la frontera con Israel.

Una tensa calma reinaba hoy en esa parte del norte del Sinaí, donde Al Sisi impuso anoche el estado de emergencia y un toque de queda de catorce horas desde las 17.00 hora local (15.00 GMT) durante los próximos tres meses.

El paso de Rafah, fronterizo con Israel, fue cerrado hasta nuevo aviso, mientras que el Ejército, en estado de alerta, envió refuerzos y colocó más puestos de control.

Las mayores medidas de seguridad no evitaron que hoy un policía fuera herido por disparos de desconocidos en Al Arish, según la agencia estatal de noticias Mena.

El analista Mohamed Kadri Said, especializado en asuntos militares del centro de estudios políticos y estratégicos Al Ahram, consideró en declaraciones a Efe que todavía es pronto para saber si esas medidas darán resultado.

Lo primero, explicó, es investigar quiénes cometieron el ataque, por qué lo hicieron y cómo pueden actuar en el futuro antes de sacar conclusiones.

Said señaló que también habrá que estudiar si hubo errores por parte de los efectivos del Ejército que permitieron la realización de ese ataque, que calificó de "inaceptable".

A pesar de las continuas ofensivas militares en el Sinaí, grupos radicales como Ansar Beit al Maqdis (seguidores de la casa de Jerusalén) continúan atentando periódicamente contra las fuerzas del orden.

El pasado domingo, al menos siete agentes murieron y otros cuatro resultaron heridos en Al Arish por la explosión de dos artefactos colocados en vehículos blindados.

Estos atentados coinciden con el auge del fenómeno yihadista en la región, especialmente desde que el grupo Estado Islámico (EI) avanzase en los últimos meses en distintas zonas de Irak y Siria.

Al Sisi se ha mostrado a favor de combatir el extremismo a nivel internacional, pero insistiendo siempre en la prioridad de centrarse en la situación interna de Egipto, donde sigue persiguiendo a los Hermanos Musulmanes -declarados grupo terrorista- y otros opositores.

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