Alcalá de Henares.- Un árbol urbano nacido de un concurso para jóvenes arquitectos y que funciona por la energía producida por paneles solares y por la de bicicletas que activan los ciudadanos permanecerá instalado durante todo el mes de junio en las ruinas de Santa María de Alcalá de Henares.
A la inauguración del prototipo instalado en la localidad complutense han acudido el alcalde, Bartolomé González, y la presidenta de la Asociación Sostenibilidad y Arquitectura (ASA), María Jesús González, entidad que ha organizado el concurso junto con el Ayuntamiento de Alcalá y el de Santiago de Compostela.
El objetivo de este proyecto es la lucha contra el cambio climático y la contaminación a través de "Asacciones", acciones de la asociación ASA, ligadas a arquitecturas efímeras, concretadas en diferentes ciudades y que se dirigen a jóvenes arquitectos.
El jurado del concurso, que se reunió el pasado mes de abril, decidió otorgar el primer premio a los arquitectos Uriel Fogué, Eva Gil y Carlos Palaciós, que han contado con la colaboración del estudiante Enrico Foristieri, por su proyecto de árbol urbano.
En esta elección entre las 81 propuestas presentadas se valoró "la capacidad del proyecto para trasladar a un público general las preocupaciones propias de la ecología, por medio de estrategias lúdicas y que se proyectan con un control de medios que lo hacían viable económicamente".
Los árboles urbanos son árboles artificiales que aprenden la lógica de la biología vegetal y que introducen, además de las funciones que ya tienen los árboles, como la generación de oxígeno, nuevos programas de uso y sensibilización medioambiental.
El prototipo funciona gracias a la energía producida por los ciudadanos al activar las bicicletas conectadas al mismo y a la energía que generan los paneles solares fotovoltaicos.
La copa del árbol se conecta a un depósito que hace las veces de cimentación provisional, almacenamiento de agua de riego y espacio de estancia.
La práctica ciclista permite que el árbol urbano riegue las plantas que crecen en su copa y vaporice agua en las estaciones calurosas.
La energía de los paneles sirve de aporte energético complementario para la carga de dispositivos eléctricos.
Así, ha destacado el consistorio complutense, estos árboles urbanos son puntos de encuentro para practicar el ejercicio al aire libre y colaborar en el desarrollo de las energías renovables.
González ha explicado que se ha elegido la plaza de la antigua iglesia de Santa María para colocar el árbol urbano porque se trata de un espacio "en el que se podrá comprobar de forma pedagógica, especialmente por los más jóvenes, las funciones de las nuevas tecnologías de energías renovables que incorpora el prototipo".
El prototipo, que ha sido fabricado por la empresa Porcelanosa, se trasladará con posterioridad a Santiago de Compostela.
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