Alianza con Pakistán se agrieta y amenaza estrategia de EEUU en guerra afgana

  • La ya de por sí frágil relación entre EE.UU. y Pakistán se ha agrietado este año con varios incidentes, el último el ataque aéreo de la OTAN que mató el sábado a 26 soldados paquistaníes, hasta el punto de amenazar la estrategia en la guerra afgana, según políticos y expertos.

Miriam Burgués

Washington, 29 nov.- La ya de por sí frágil relación entre EE.UU. y Pakistán se ha agrietado este año con varios incidentes, el último el ataque aéreo de la OTAN que mató el sábado a 26 soldados paquistaníes, hasta el punto de amenazar la estrategia en la guerra afgana, según políticos y expertos.

En febrero dos paquistaníes fueron asesinados en Lahore por un contratista de la CIA y en mayo un comando estadounidense mató a Osama bin Laden en su refugio de las afueras de Islamabad, pero el ataque del sábado ha sido "el peor" en cuanto a la ira despertada en Pakistán y a sus posibles consecuencias.

Así lo asegura un funcionario gubernamental estadounidense que habló bajo el anonimato a The Washington Post.

El propio primer ministro de Pakistán, Yusuf Raza Gilani, descartó en declaraciones a CNN que la relación con EE.UU. vuelva a ser "como antes" tras el ataque del sábado, que se investiga para saber por qué aviones y helicópteros de la OTAN bombardearon por error dos puestos del Ejército paquistaní en la frontera con Afganistán.

Pakistán amenazó poco después del ataque, registrado en la región tribal de Mohmand, con revisar su relación con Estados Unidos y la OTAN.

También decidió cortar los suministros para las fuerzas internacionales desplegadas en Afganistán y exigió a Estados Unidos que desaloje en dos semanas una base aérea en territorio paquistaní que supuestamente usa para que operen sus aviones espía.

Además, hoy anunció que no acudirá a la conferencia internacional sobre el futuro de Afganistán que se celebrará en la ciudad alemana de Bonn el próximo 5 de diciembre.

Son muchas señales, según los analistas, de que Pakistán va a reducir al mínimo su colaboración en la lucha antiterrorista en el marco de la guerra de Afganistán.

Pese a que es probable que esta nueva crisis quede reducida otra vez a una "cortina de humo", porque Pakistán "necesita" la ayuda de EE.UU., socava las ya "inciertas posibilidades" de que Afganistán permanezca relativamente estable después de la retirada completa de las tropas internacionales en 2014.

Así lo afirmó Anthony H. Cordesman, del independiente Centro de Estudios Estratégicos Internacionales (CSIS) y especialista en la región.

Sin una cooperación activa de Pakistán, sobre todo en la lucha contra los insurgentes que operan desde su territorio, la transición en Afganistán "será aún más difícil de hacer", señaló este analista.

Además, Pakistán "hará lo que pueda para usar en su propio beneficio las negociaciones entre el Gobierno afgano y los insurgentes", tratar de que Kabul se mantenga "lejos" de la influencia de EE.UU. e intentar que China se convierta en el "sustituto" de la ayuda norteamericana, según Cordesman.

"Las dos partes necesitan respuestas" sobre el ataque del sábado, "si todavía hay esperanza de encontrar un camino para volver desde el borde del abismo", según un editorial del diario The New York Times publicado este lunes.

El Comando Central de EE.UU. inició una investigación del bombardeo a la guarnición paquistaní, dirigida por el general Stephen Clark y en la que también participa la OTAN, con el objetivo de aclarar qué pasó y evitar que algo así vuelva a ocurrir, según el Pentágono.

La secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, y el jefe del Pentágono, Leon Panetta, se pusieron en contacto inmediatamente después del incidente con sus pares de Pakistán para expresarles sus condolencias, aunque no una disculpa.

Mientras, el presidente de EE.UU., Barack Obama, tildó ayer de "tragedia" el bombardeo y expresó sus condolencias a las familias de los fallecidos.

Lo hizo a través del portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, quien recordó que para Washington "las relaciones de cooperación" con el Gobierno paquistaní son importantes, aunque "también muy complicadas".

The New York Times ha expresado su preocupación por el "retraso" en la apertura de la investigación y también por la tardanza de Obama en pronunciarse sobre el incidente.

"Washington e Islamabad tienen que trabajar juntos, con urgencia, para asegurar que este incidente no destruya su sumamente problemática relación", alertó el diario.

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