Alzamora recrea en "Crim de sang" una Barcelona en guerra y con vampiros

  • El escritor Sebastià Alzamora recrea en su última novela, "Crim de sang", con la que ganó en diciembre el Premio Sant Jordi, una Barcelona en los inicios de la Guerra Civil, con sacerdotes maristas perseguidos, novicias secuestradas en un convento y un asesino que asegura ser un vampiro.

Irene Dalmases

Barcelona, 19 feb.- El escritor Sebastià Alzamora recrea en su última novela, "Crim de sang", con la que ganó en diciembre el Premio Sant Jordi, una Barcelona en los inicios de la Guerra Civil, con sacerdotes maristas perseguidos, novicias secuestradas en un convento y un asesino que asegura ser un vampiro.

El autor mallorquín señaló a Efe que empezó a pensar en esta historia, publicada por Proa, cuando tropezó con los libros "El preu de la traïció", de Miquel Mir, y con "El silenci de les campanes", de Jordi Albertí, donde se trata sobre la persecución de religiosos a principios de 1936 por parte de grupos anarquistas.

En seguida pensó que los episodios que allí se relataban ligaban muy bien con su idea de una novela en la que reflejar la capacidad humana de hacer el mal, pero también en la respuesta que se puede dar a ello.

"Se trataba de construir un relato a partir de mitos que son absolutamente vivos en el imaginario de nuestro tiempo, ya sea el del vampiro, ya sea la Guerra Civil, que si bien forma parte de nuestra Historia, también ahora lo es de nuestra mitología", argumenta.

Entiende el escritor que el lector encontrará a lo largo de estas páginas cómo el mal se enfrenta a la vida y cómo "finalmente la vida se impone, porque, a pesar de todo, se deja una puerta abierta a la esperanza".

"Thriller" de atmósfera gótica, en una Barcelona oscura, el novelista se ha servido de un comisario de los Mossos d'Esquadra, Gregori Muñoz, descreído y escéptico, como hilo conductor. "Al final, deberá tomar una decisión ante el mal que ve y lo que hará es posicionarse a favor de la vida", apostilla.

Preguntado sobre si la ficción es el mejor camino para explicar hechos históricos, Alzamora asevera que "la fabulación ayuda no tanto a explicar hechos exactos, sino que permite entender sus consecuencias, tanto morales como éticas o estéticas".

En la novela tampoco se obvia que "cualquier creencia, ideología o convicción puede ser pervertida, lo que sucede cuando se llevan al último extremo".

A su juicio, el fanatismo es siempre "la excusa de los facinerosos. Cualquier ideología -prosigue- llevada al extremo puede ser el refugio de los canallas. Y aquí, en esta novela, colisionan unos cuantos fanatismos".

Entre sus proyectos, tiene en mente un nuevo libro de poemas, aunque advierte que tardará porque con los años cada vez es más lento y exigente en este género, y avanza que ha empezado a tomar medidas a una nueva novela, "un western, con protagonista femenino, en la Mallorca de inicios del siglo XX".

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