Amnistía recaba 50.000 firmas en favor de una directiva antidiscriminación en la UE

Amnistía Internacional ha reunido más de 50.000 firmas de apoyo a la propuesta de una nueva directiva contra la discriminación presentada por la Comisión Europea, que será examinada hoy en el Consejo de Empleo, Política Social, Sanidad y Consumidores.

Estas firmas están dirigidas contra el Gobierno alemán, contrario a la aprobación de esta directiva y que, según Amnistía, ha impedido que la anterior Presidencia europea de Suecia y la actual de España la incluyan entre sus prioridades.

Por ello, Amnistía ha pedido a la ministra alemana de Asuntos de la Familia, Kristina Schröder, que reciba personalmente las firmas recogidas en toda la UE, de las cuales unas 15.000 proceden de España.

La nueva directiva, propuesta en julio de 2008, garantiza el mismo trato a todas las personas no sólo en el empleo, sino también en áreas que no están comprendidas en el marco contra la discriminación existente en la UE, como la religión y las creencias, la discapacidad, la edad y la orientación sexual.

El director de la Oficina de Amnistía Internacional ante la UE, Nicolas Beger, calificó de "vergüenza" que Alemania no comparta la opinión de "gente de toda Europa" que ha firmado la petición "porque cree que la UE debe hacer algo más para combatir la discriminación".

"No se debe negar a nadie formas de protección social como la atención a la salud, debido simplemente a su edad, religión, discapacidad u orientación sexual", añadió.

Amnistía Internacional rechaza los argumentos de Alemania para rechazar la directiva, en el sentido de que la legislación actual contra la discriminación en la UE no ha resultado

eficaz y no hay base jurídica para que Europa apruebe una nueva directiva.

Por ejemplo, Amnistía destacó que la aprobación de la directiva relativa a la igualdad racial en 2000 ha mejorado considerablemente la situación en este área.

"La discriminación es un problema generalizado en Europa, que causa violaciones de derechos humanos a diario. Si los líderes europeos son serios en sus esfuerzos por combatir este problema, deben aprobar la directiva contra la discriminación sin intentar atenuarla ni promoviendo más excepciones en su aplicación ni proponiendo distintos grados de protección según los grupos", concluyó Beger.

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