Archivan un caso de lesión por pelota de goma al no identificar autor disparo

  • Un juez de Barcelona ha archivado por segunda vez la investigación sobre las lesiones oculares que sufrió un joven al recibir el impacto de una pelota de goma durante los disturbios tras la victoria de España en el Mundial, al no poder identificar al escopetero de los Mossos d'Esquadra que disparó.

Barcelona, 19 jul.- Un juez de Barcelona ha archivado por segunda vez la investigación sobre las lesiones oculares que sufrió un joven al recibir el impacto de una pelota de goma durante los disturbios tras la victoria de España en el Mundial, al no poder identificar al escopetero de los Mossos d'Esquadra que disparó.

En un auto, el titular del Juzgado de Instrucción número 27 de Barcelona, Francisco Javier Paulí, vuelve a cerrar la investigación por las lesiones que sufrió el joven Nicola Tanno, que perdió un ojo al recibir la noche del 11 de julio de 2010 el impacto de una pelota de goma mientras caminaba cerca de una zona donde había alborotos tras la victoria de la Roja en el Mundial.

El juez archivó inicialmente la investigación por este caso en mayo de 2011, si bien tuvo que reabrir las pesquisas, en noviembre de 2012, a instancias de la Audiencia de Barcelona, por lo que acabó imputado a un sargento y a un cabo de la unidad antidisturbios de los Mossos d'Esquadra.

El juez argumenta su decisión de volver a cerrar el caso porque no se ha podido determinar quién disparó la pelota de goma que lesionó a Nicola Tanno -portavoz de la plataforma Stop Balas de Goma- y porque tampoco se sabe si el disparo, que estaba autorizado, se efectuó siguiendo los protocolos policiales.

En este caso, el juez da por hecho que las lesiones sufridas por el joven fueron provocadas por el impacto de una pelota de goma, pese a que no se halló el proyectil en el lugar de los hechos, ya que los acompañantes del joven se centraron en auxiliarle.

El juez cierra la instrucción porque "no ha podido determinarse qué agente escopetero lanzó la pelota de goma, la distancia desde la que se efectuó y la dirección de disparo".

Nicola Tanno, un joven de origen italiano que se encontraba en España estudiando Gestión para la Inmigración, resultó herido cuando le alcanzó una pelota de goma disparada por un escopetero de los Mossos d'Esquadra ubicado en el triángulo peatonal de la Gran Via y la carretera de la Bordeta, muy cerca de la plaza de España de Barcelona, donde había disturbios tras la victoria de la Roja.

El joven se encontraba caminando tranquilamente por la Gran Via, lado mar, y recibió el impacto de la pelota cuando estaba a punto de alcanzar la acera situada frente al bar Mas Frankfurt de la Gran Via.

El juez, que imputó a instancias de la Audiencia de Barcelona a los jefes de los equipos de antidisturbios que actuaron en la zona, recoge en el auto que ambos mandos policiales no tuvieron intervención directa en los hechos, ya que no se quedaron en el triángulo peatonal, ni dispararon salvas o pelotas de goma, por lo que archiva la acusación en su contra.

Como ya hizo a la hora de archivar el caso por primera vez, el juez sostiene que "de cualquiera de las maneras ha sido y es imposible determinar quién disparó la pelota, a no ser que éste declarara voluntariamente el hecho".

En el auto, el juez también subraya que las pelotas de goma no llevan identificación alguna "ni consta que se realice un control exhaustivo tras el servicio".

Además, argumenta el archivo de la causa porque no se puede conocer si el disparo se hizo siguiendo el protocolo.

"El hecho de que la pelota salga rebotada, hace que su trayectoria sea totalmente imprevisible y no podemos tampoco saber si se disparaba hacia la gente situada frente al bar o hacia perturbadores situados en la carretera de la Bordeta", remarca el fallo.

El juez subraya que la imprevisibilidad de la trayectoria de las pelotas de goma "no es objeto" de la instrucción, "puesto que la pelota de goma es un elemento de dispersión autorizado por los mandos superiores".

"Para el agente, su deber es cumplir correctamente las instrucciones de su uso, siendo entonces responsable si no ha cumplido tales instrucciones", insiste el juez, que admite que su función es sólo valorar "si la conducta del agente ha sido negligente".

Ante la imposibilidad de poder determinar al autor del disparo, el juez admite que "no puede hacer otra cosa" que archivar la causa. EFE.

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