La 'laguna negra' de Arganda, donde se han retirado ya 22.500 toneladas de aceite, estará limpia en primavera de 2018

La 'laguna negra' de Arganda, donde se han retirado ya 22.500 toneladas de aceite, estará limpia en primavera de 2018
La 'laguna negra' de Arganda, donde se han retirado ya 22.500 toneladas de aceite, estará limpia en primavera de 2018
EUROPA PRESS
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"Es un proceso muy largo", ha explicado el consejero en una entrevista con Europa Press, donde ha reconocido que puede entender que en el Ayuntamiento de Arganda se dijera en un principio que no se estaba haciendo nada en este punto. "Se lo expliqué al alcalde (Guillermo Hita) y lo entendió perfectamente", ha indicado.

"La laguna es una mancha negra, no se ve la parte de abajo donde no se sabe lo que puede haber", ha indicado, al tiempo que ha explicado que llevan dos años extrayendo "todo lo que hay". "Vamos a una marcha muy buena", ha asegurado Taboada, quien ha explicado que este año no se saca más porque no hay capacidad en las plantas donde se está llevando el residuo --gestor de residuos peligrosos en Getafe, Almería o Cantabria, entre otros--.

"No tenemos mayor capacidad de extracción porque ellos no tienen mayor capacidad de recepción, si no seguiríamos sacando", ha defendido el consejero, que manejando fechas, ha recordado que han adelantado la fecha de finalización: "En un principio se iba a terminar en 2020, luego en 2019 y estamos intentando hablar de marzo o abril de 2018".

También se ha referido al coste económico, que ha aumentado. El proyecto, presentado hace tres años, se inició con una inversión de 15 millones de euros y la operación se va a saldar con entre 18 y 20 millones. "Se está trabajando y mucho. Visualmente, hay una mancha negra pero son miles de toneladas", ha aseverado.

Cuando arrancó el proyecto de limpieza, pionero en Europa, en 2013, la balsa de aceites usados de Arganda del Rey acumulaba 50.000 metros cúbicos de residuos y 70.000 metros cúbicos de tierra contaminada. Tiene su origen en el vertido continuado e incontrolado de aceites usados realizado entre 1989 y 1995 por parte de la sociedad constituida por Aceites Ulibarri y Piqsa, unos vertidos que se acumularon en una balsa de residuos de una superficie de 12.750 metros cuadrados --como cinco cosos taurinos--.

En esta laguna, situada a tan solo 800 metros de zonas urbanas de Arganda del Rey y de láminas de agua de interés ecológico, la sociedad estuvo durante seis años destilando aceites con ácido sulfúrico y arcilla, por lo que con el tiempo han acumulado una acidez extraordinaria hasta tal punto que si uno metía la mano se podía quemar.

En 1995 la sociedad se disolvió y al liquidarse y dejar deudas pendientes con la Agencia Tributaria, la parcela, de 6,4 hectáreas, cayó en manos de un acreedor que en 2009 la vendió a la Comunidad de Madrid por unos 50.000 euros, comprometiéndose el Gobierno regional a recuperar la laguna.

PROYECTO PIONERO

En este proyecto está presente la Consejería de Medio Ambiente a través de la Dirección General de Evaluación Ambiental; Tragsa y el IMIDRA, organismo autónomo de I+D+i de la Comunidad, que ofrece el soporte científico y la recuperación de suelos.

Por otro lado, el proyecto cuenta con SEO-Birdlife, ONG especializada en gestión de hábitats, con especial énfasis en las aves y el uso público de los espacios naturales; y con la Universidad Politécnica de Madrid, socio científico que cuenta con una unidad especializada en remediación de suelos contaminados.

La Balsa de Arganda es un caso singular al estar en una zona aislada y en el seno de un espacio Natura2000, aunque hay algunos antecedentes europeos, siendo el más similar con el madrileño el de Rieme-Puerto de Gante (Bélgica), pero en ambiente industrial, donde se optó por la mera inertización in situ.

También destaca el aeropuerto de Sondika (balsa de lindano), donde se optó por la inmovilización del contaminante; los vertidos de Aznalcóllar (vertido ácido, metales pesados), donde se optó por inmovilización y retirada de lodos; o el embalse de Flix (lechos con contaminación xenobiótica), donde se diseñó un dragado.

Desde que la Comunidad es propietaria de la parcela, se han instalado medidas disuasorias para las aves (un disparador lanza un disparo cada 40 segundos para evitar que los pájaros se posen en la laguna) y se ha vallado para impedir el acceso. Antes de que se pusieran estas medidas en marcha, perdían la vida una media de cien aves al año.

El Parque Regional del Sureste es un espacio de 31.550 hectáreas. Desde su creación en 1994, se ha convertido en el hábitat de 200 especies distintas de aves, que encuentran acomodo en 123 láminas de agua que acumulan una superficie de 400 hectáreas.

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