Ataque con bombas y armas de fuego cerca de embajada de España en Kabul

  • Insurgentes afganos llevaron a cabo este viernes un ataque cerca de la embajada de España, en un barrio acomodado de Kabul, donde proseguían los tiroteos, tras la muerte de un policía español.

El jefe del gobierno de España, Mariano Rajoy, precisó que el blanco del ataque en la zona de Sherpur, donde se registraron en hora punta tiroteos y una fuerte explosión, eran instalaciones cercanas y no la embajada misma, como habían afirmado previamente las autoridades afganas y españolas.

"Se corrió la noticia de que podía haber habido un ataque contra nuestra embajada, no ha sido así", aseguró a los periodistas antes de un mitin electoral en Alicante, en el este de España. "No era un ataque contra nosotros", insistió.

"Ha sido un ataque contra algunas casas de huéspedes que estaban muy próximas a la embajada", afirmó Rajoy, precisando que todos los empleados de la legación diplomática española pudieron salir de las instalaciones.

Los talibanes, que reivindicaron el ataque, también afirmaron que el blanco era una casa de huéspedes.

El domicilio de Abdul Rashid Dostum, un antiguo jefe de guerra y primer vicepresidente de Afganistán, se halla en la misma zona de la capital afgana, al igual que varias residencias de altos funcionarios o sedes de ONG.

Las fuerzas de seguridad acordonaban el sector, al que llegaban ambulancias.

En medio de los disparos, en la oscuridad, las fuerzas de seguridad afganas intentaban guarecerse, al tiempo que transportaban un cuerpo inerte y a dos heridos hasta una ambulancia, constató la AFP. A uno de los hombres heridos le sangraba la cabeza y el otro, un policía, tenía una herida de bala en la pierna.

"En el ataque (...) en Kabul un policía ha muerto", precisó Rajoy.

Se carecía de más información sobre las víctimas.

El ataque de los insurgentes, que multiplican actualmente las ofensivas contra blancos extranjeros y gubernamentales, tuvo lugar tras un asedio de los talibanes al aeropuerto de Kandahar que duró 27 horas y dejó al menos 50 muertos esta semana.

Actualmente, los rebeldes talibanes multiplican las ofensivas contra blancos extranjeros y gubernamentales.

Los insurgentes atacaron el martes el gigantesco complejo aeroportuario de Kandahar, la gran ciudad del sur del país, que alberga además una zona residencial civil y una base militar conjunta de la OTAN y el ejército afgano.

Este ataque coincidió con la visita a Pakistán del presidente afgano, Ashraf Ghani. El mandatario procura reiniciar las negociaciones de paz entre el gobierno afgano y los talibanes, bloqueadas en parte por la desconfianza que existe entre Kabul e Islamabad, que ejerce una fuerte influencia sobre los talibanes.

La ofensiva contra el aeropuerto de Kandahar confirmó la capacidad militar de los talibanes que prosiguen sus ataques a pesar de la llegada del duro invierno afgano.

En los últimos meses los talibanes llevaron a cabo varios ataques exitosos. A fines de septiembre tomaron el control durante algunos días de la capital provincial de Kunduz, su mayor victoria desde que fueron expulsados del poder por la invasión estadounidense en 2001.

Sin embargo, surgieron profundas divisiones entre los talibanes, lo que dificulta el reinicio de las negociaciones.

Los talibanes gobernaron Afganistán hasta que los derrocó una coalición liderada por Washington, la cual invadió el país en 2001, poco después de los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos. El despliegue estadounidense alcanzó los 90.000 soldados que operaban dentro de una coalición de 51 países que sumó 130.000 militares.

España llegó a tener un máximo de 1.400 soldados desplegados en territorio afgano en 2003. Actualmente, según datos de la OTAN, quedan nueve soldados españoles desplegados en Afganistán,

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