Bahrein. Human rights pide al gobierno que investigue 18 muertes desde que comenzaran las protestas


Human Rights Watch (HRW) reclamó al Gobierno de Bahrein que investigue "con urgencia" la muerte de al menos 18 personas durante las represiones violentas producidas desde que el pasado 14 de febrero comenzaran las protestas sociales para pedir reformas en el país.
HRW señaló que la mayoría de estas personas fueron "asesinadas" por las fuerzas de seguridad, que hicieron un uso excesivo de la fuerza y disparos contra los manifestantes, aunque precisó que, según el Ministerio del Interior de Bahrein, cuatro agentes de seguridad del Gobierno también fueron "asesinados".
El subdirector para Oriente Medio de HRW, Joe Stork, afirmó que las fuerzas de seguridad de Bahrein "con frecuencia han demostrado un desprecio temerario por la vida humana con la represión contra los manifestantes". "Disparar bolitas de perdigones a corta distancia no es controlar a las masas, puede ser un asesinato", añadió.
Según HRW, al menos 13 personas murieron cuando la policía antidisturbios y las tropas atacaron varias aldeas chiíes a partir del pasado 15 de marzo. Por ejemplo, un ciudadano de Sitra, Isa al-Radhi, de 46 años, quien había desaparecido desde ese día, fue declarado muerto el 19 de marzo, cuando las autoridades llamaron a la familia y les permitieron recoger su cuerpo.
Fotografías del cadáver de Al-Radhi muestran la parte de atrás de su cabeza reventada y la cavidad del cerebro vacía, lo que sugiere que le habrían disparado a quemarropa.
Además, las fuerzas de seguridad mataron al menos a tres manifestantes en la rotonda de Perla en Manama, capital de Bahrein, en las manifestaciones en la mañana del 16 de marzo. Varios testigos dijeron a HRW las fuerzas de seguridad utilizaron inicialmente gases lacrimógenos, balas de goma, perdigones y armas de fuego, pero más tarde dispararon rondas de munición en un esfuerzo por recuperar el control total de las áreas cercanas a la rotonda.
Human Rights expresó su preocupación por el fracaso del Gobierno para informar a las familias de las personas heridas en su custodia, cuatro de las cuales murieron más tarde en el hospital, y afirmó que no ha visto evidencias que indiquen que los manifestantes posean o utilicen armas de fuego.
HRW documentó otras siete muertes que implican a las fuerzas de seguridad: en la represión de los manifestantes del 14 de febrero, seis personas murieron por disparos de perdigones a muy corta distancia y otro recibió un disparo en la cabeza con munición de guerra el 18 de febrero y murió tres días después.

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