Bombas de racimo en Siria causaron 1.584 víctimas en dos años, según informe

  • El principal uso de bombas racimo en el mundo en 2012 y 2013 se produjo en Siria, con al menos 1.584 víctimas, aunque también se ha detectado su empleo este año en el este de Ucrania y en Sudán del Sur, según el "Informe Monitor de Municiones de Racimo", divulgado hoy.

Alfonso Fernández

Washington, 27 ago.- El principal uso de bombas racimo en el mundo en 2012 y 2013 se produjo en Siria, con al menos 1.584 víctimas, aunque también se ha detectado su empleo este año en el este de Ucrania y en Sudán del Sur, según el "Informe Monitor de Municiones de Racimo", divulgado hoy.

En esos años se han documentado al menos 264 muertes y 1.320 heridos en Siria, mientras que la cifra en la primera mitad de 2014 se situó "en cientos más".

"En Siria, las fuerzas gubernamentales han utilizado al menos 249 bombas de racimo en 10 de las 14 regiones del país durante el periodo de julio 2012 a julio 2014", señaló Mary Wareham, directora de la división de armas de la ONG Human Rights Watch, en la presentación del reporte.

Wareham sostuvo que en Siria se han empleado siete tipos diferentes de este tipo de bombas, cuyo lanzamiento provoca la dispersión de centenares de bombas más pequeñas y son especialmente peligrosas por su efecto indiscriminado, entre ellas las lanzadas desde aviones y las disparadas con cohetes desde tierra.

Sólo en 2013, más de un millar de personas resultaron víctimas de estas bombas en Siria, el mayor número desde que el Monitor de Municiones de Racimo comenzara a registrar datos en 2009.

De ellas, el 97 % fueron civiles, remarcó Wareham.

Aunque la mayoría las emplearon las fuerzas del régimen del presidente Bachar al Asad, el reporte apunta que en julio de este año recibieron informaciones que indican que también habían sido utilizadas por los yihadistas del Ejercito Islámico (EI).

Se trata del mayor número de víctimas desde el último uso masivo, ocurrido durante los bombardeos de Israel sobre el Líbano en 2006.

También se ha identificado su uso en el este de Ucrania en 2014, pero tanto los rebeldes prorrusos como las fuerzas ucranianas se han culpado mutuamente; y en febrero de este año en Sudán del Sur.

Ninguno de estos tres países son signatarios del la llamada Convención de Oslo, firmado en 2008 y que entró en vigor en 2010, prohibiendo expresamente el uso, producción, almacenamiento y exportación de todo tipo de bombas de racimo sin excepciones.

El reporte fue elaborado por la Coalición contra las Municiones de Racimo, un grupo de organizaciones defensoras de la erradicación de este tipo de armas.

Wareham afirmó que no había registros de uso de este tipo de bombas en el reciente conflicto entre palestinos e Israelíes en Gaza; ni en Irak, donde los yihadistas del EI han lanzado una ofensiva para hacerse con el control del norte del país.

Pese a lo ocurrido en Siria, la tendencia de uso de las bombas de racimo se ha reducido notablemente y se ha confirmado importantes avances para eliminar los arsenales en todo el mundo.

"Su uso a nivel global es cada vez más una anomalía", dijo Jeff Abramson, experto en armas y uno de los coautores del informe.

En el marco de la Convención sobre Municiones de Racimo, se han destruido 1,16 millones de artefactos de este tipo y 140 millones de submuniciones, lo que representa el 80 % del total reportado.

Estos datos serán analizados en la Quinta Reunión de Estados Parte de la Convención sobre Municiones de Racimo, que tendrá lugar a partir del 2 y el 5 de septiembre en San José, Costa Rica.

En total 113 países se han sumado a la Convención, de los cuales 84 han ratificado o adoptado el documento de adhesión, aunque se mantienen las notables ausencias de Estados Unidos, Rusia y China, los principales productores de este tipo de armamento.

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