Bosnia elige nuevo Parlamento, una vez más en medio de apatía y parálisis

  • Bosnia-Herzegovina celebra las elecciones generales del próximo 12 de octubre sumida en una profunda crisis económica y con pocas expectativas de mejora debido a la ineficacia y a las disputas de una clase política que mantiene al país paralizado desde hace años.

Tarik Jablic

Sarajevo, 8 oct.- Bosnia-Herzegovina celebra las elecciones generales del próximo 12 de octubre sumida en una profunda crisis económica y con pocas expectativas de mejora debido a la ineficacia y a las disputas de una clase política que mantiene al país paralizado desde hace años.

Nada ha cambiado en ese sentido desde las elecciones generales de hace cuatro años.

No se ha avanzado en el camino hacia la entrada en la Unión Europea (UE) y ni siquiera esa meta ha servido para que trabajen juntos los representantes de las tres etnias mayoritarias del país: croatas, musulmanes y serbios.

Al contrario, el discurso nacionalista es el principal arma en la campaña electoral y ha sido usado como excusa para justificar la falta de soluciones a los problemas económicos y sociales del país.

"Cuatro años después, los votantes viven mucho peor. Tenemos más jubilados que empleados; los ciudadanos acumulan cada vez más deudas; el sueldo medio sigue estancado, mientras que el coste de la vida se ha duplicado", explica Nihada Hasic, analista política del diario "Nezavisne" de Sarajevo.

Otros expertos opinan que estas elecciones son las más inciertas desde el fin de la guerra en 1995 y que ningún candidato puede estar seguro del resultado ni de las posibles coaliciones de Gobierno.

Unos 3,2 millones de electores elegirán a los miembros de la Presidencia tripartita de Bosnia, formada por un musulmán, un serbio y un croata.

También se votará a los diputados del Parlamento central y de las asambleas de los dos entes autónomos en que se divide el país, el común de musulmanes y croatas, y el serbio.

Serán elegidos también el presidente del ente serbobosnio y los diputados de los Parlamentos locales de los diez cantones que conforman el ente musulmano-croata.

Estas serán las séptimas elecciones desde el fin de la guerra, que terminó hace 19 años con el Tratado de Dayton.

Entre los musulmanes se espera una dura carrera por su puesto presidencial entre el nacionalista Bakir Izetbegovic, actualmente en el cargo, y el socialdemócrata Bakir Hadziomerovic.

Los serbios mantendrán, previsiblemente, como presidente del ente autónomo a Milorad Dodik, defensor de más autonomía, o incluso de la independencia, para los serbios de Bosnia.

Los sondeos prevén que la opción nacionalista sea también la más votada entre los croata-bosnios.

De hecho, casi siempre las mismas políticas tienen éxito en Bosnia, a pesar de que no traen avances a la población.

Según Hasic, las elites "manipulan a la perfección y potencian el recelo" que persiste entre los pueblos que se enfrentaron en la guerra que entre 1992 y 1995 dejó unos 100.000 muertos y cientos de miles de heridos y desplazados.

"Sobre todo (lo hacen) ante las elecciones para movilizar y homogeneizar a los votantes sobre la base étnica. Los convencen de que la principal amenaza no son los bajos salarios y pensiones, o el pésimo sistema educativo y administrativo, sino que sus enemigos son los otros dos pueblos", aseguró Hasic.

El desempleo en Bosnia supera el 40 %, aún mayor entre los jóvenes, lo que ha hecho que, para muchos, las únicas opciones sea emigrar o buscar un empleo en la hipertrofiada administración pública, donde los sueldos son mejores que en el sector privado.

El panorama es desalentador: el salario medio es de 415 euros mensuales, el país vive de los créditos internacionales y muchas empresas privatizadas cierran mientras florece la corrupción.

El enorme descontento social estalló en febrero en forma de violentas protestas, sobre todo en el ente croata-musulmán.

Aunque las autoridades apenas reaccionaron, el hecho de que la gente se echara a la calle tras casi dos décadas de pasividad fue considerado como una señal de que algo estaba cambiando.

Sin embargo, la situación no ha hecho más que empeorar por unas graves inundaciones en mayo, que dejaron a miles de familias sin hogar y causaron daños por unos 2.000 millones de euros.

La complicada y descentralizada estructura política del país favorece la ineficacia y las discordias entre sus líderes.

Como ejemplo: después de los últimos comicios, en octubre de 2010, tardaron un año y medio en pactar un Gobierno común.

Aparte del Parlamento y el Gobierno federal, cada uno de los entes autónomos cuenta con sus propias instituciones.

Además, el ente musulmano-croata tiene diez cantones con sus asambleas legislativas e incluso existe el distrito especial de Brcko con una administración propia, bajo supervisión internacional.

Este complejo mapa fue dibujado en los acuerdos de Dayton, auspiciado por las grandes potencias y cuya firma puso fin a la guerra más sangrienta de todas las que desmembraron a Yugoslavia.

Debido a la falta de reformas, Bosnia no ha logrado aún ser reconocida como candidata para entrar en la UE.

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