Buteflika logra controlar las instituciones pese a su enfermedad

  • Pese a su misteriosa enfermedad, su larga estancia en un hospital francés y su regreso a Argelia en silla de ruedas, los analistas señalan que el presidente argelino, Abdelaziz Buteflika, controla aún con mano firme algunos mecanismos básicos del Estado ante los comicios presidenciales de abril de 2014.

Samir Knayaz

Argel, 15 sep.- Pese a su misteriosa enfermedad, su larga estancia en un hospital francés y su regreso a Argelia en silla de ruedas, los analistas señalan que el presidente argelino, Abdelaziz Buteflika, controla aún con mano firme algunos mecanismos básicos del Estado ante los comicios presidenciales de abril de 2014.

Buteflika, quien accedió a la presidencia de Argelia en 1999 y fue reelegido en dos ocasiones consecutivas, no ha anunciado todavía si se presentará para alcanzar un cuarto mandato, pero precisamente esta incógnita, unida a su delicado estado de salud, ha desencadenado una catarata de conjeturas en Argelia.

A ello hay que añadir la profunda remodelación del gobierno que ha llevado a cabo Buteflika esta semana y que ha afectado a departamentos clave como Asuntos Exteriores, Interior y Justicia.

Según los analistas, la clave de la remodelación radica, precisamente, en Interior y Justicia, pues de estos ministerios depende la organización, validación y escrutinio de los citados comicios.

Como ministro de Interior, Buteflika ha designado a Tayeb Belaiz, considerado como uno de sus más próximos y fieles colaboradores y que ya desempeñó la cartera de Justicia y posteriormente presidió el Consejo Constitucional, cargo que desempeñaba en la actualidad.

Los analistas locales subrayan que el mandatario intensificó su confianza en Belaiz cuando este, como presidente del Consejo Constitucional, desoyó las constantes peticiones de la oposición para cumplir el artículo 88 de la Constitución argelina.

Dicho artículo establece que en caso de incapacidad manifiesta del Jefe del Estado, este debe ser destituido y se han de convocar comicios inmediatamente.

Afectado por un grave accidente cerebro-vascular, Buteflika podría haber perdido entre abril y julio pasados una gran parte de sus capacidades físicas, motivo por el cual la oposición entiende que no puede seguir desempeñando la jefatura del Estado y, en virtud del artículo 88 de la carta magna, debe cesar en sus funciones.

En lo tocante a la cartera de Justicia, Buteflika ha nombrado a otro de "sus hombres", Tayeb Louh, quien, según los analistas locales, de alguna manera puede influir en el desarrollo de los comicios, sobre todo si se tiene en cuenta que las elecciones argelinas son supervisadas por una comisión de magistrados, en teoría independiente.

Asimismo, Buteflika ha decidido seguir al frente del ministerio de Defensa, pero ha creado el cargo de viceministro, que recaerá en otro de sus hombres de estrecha confianza, el actual jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, general Ahmed Gaid Salah, con quien le une una fuerte amistad.

Otro asunto que ha llamado notablemente la atención de los analistas locales ha sido la decisión de Buteflika de despojar a los todopoderosos servicios secretos (DRS), que dirige el general Tewfik Mediene, de sus competencias en materia de comunicación, así como de seguridad e investigación militar.

Dichas competencias pasan a estar bajo el control directo del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, lo que equivale a decir bajo control directo del viceministro de Defensa, quien, como es lógico, depende del ministro; es decir, del propio Buteflika.

"El jefe del Estado ha colocado bajo su control y en provecho propio todas las instituciones del país", indicó en un editorial el periódico digital "Tout sur l'Algerie".

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