El suceso del miércoles es el séptimo caso desde el viernes pasado en el que agentes de policía en el condado de Miami-Dade, Florida (sureste de EEUU), han abierto fuego contra sospechosos. En dos de los sucesos, los sujetos que recibieron los disparos murieron.
La madrugada del miércoles en la localidad de Opa-locka, un hombre rompió el parabrisas de una patrulla de policía y se negó a obedecer órdenes, indicó un portavoz de esa población, David Chiverton, al diario Miami Herald.
Los oficiales usaron primero una pistola eléctrica taser, pero el hombre continuó fuera de control, por lo que abrieron fuego, dando muerte al sujeto.
Un día antes, la policía se enfrentó y abatió a un hombre sospechoso de haber robado a mano armada un local de comida rápida.
Entre el viernes y el domingo pasados la policía protagonizó otros cinco enfrentamientos con presuntos delincuentes, cinco de los cuales resultaron heridos de bala, ninguno de gravedad.
Según cifras divulgadas la semana pasada por el Departamento de Seguridad de Florida, la tasa de criminalidad ha continuado en descenso, una tendencia que se ha prolongado por los últimos cinco años.
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