Cae una banda que introducía cocaína en juguetes, acordeones y recetas de cocina


La Policía Nacional ha desarticulado un grupo de narcotraficantes que ocultaba cocaína en objetos insospechados para introducirla en España. El estupefaciente llegó a ser escondido en juguetes, acordeones o recetas de cocina.
Según informó la Dirección General de la Policía, en el marco de esta operación han sido detenidas 31 personas y aprehendidos 47 kilogramos de estupefaciente. Los arrestados contaban con una amplia infraestructura en Sudamérica para organizar los envíos de la droga.
El sistema de esta banda desarticulada consistía en enviar el estupefaciente a España en objetos tan dispares como un acordeón o juguetes infantiles. También impregnaban la cocaína en recetas de cocina, la manta de un bebé y un tratado de medicina.
La red enviaban giros postales a destinatarios ficticios o contrataba a personas con un perfil que no levantara sospechas y dispuestas a transportar estupefaciente desde Sudamérica.
La investigación se inició en marzo del pasado año, cuando los agentes conocieron que un grupo organizado, dedicado al tráfico de drogas, estaba operando en distintas provincias españolas.
SECUESTROS
Esta banda introducía en Europa la cocaína a través de paquetes postales y correos humanos. Para ello, utilizaban sofisticados sistemas de ocultación, de manera que la transportaban en el interior del organismo o bien la impregnaban en telas o papel y la escondían en el interior de equipajes, instrumentos musicales o juguetes.
El grupo criminal llegó a secuestrar a familiares o personas afines a los correos humanos, al sospechar que se habían apropiado del estupefaciente.
Tras diferentes averiguaciones, los investigadores descubrieron que la organización estaba compuesta por numerosos miembros, que se situaban en diferentes países de Sudamérica y también en Europa, desde donde llevaban a cabo funciones específicas.
Los miembros de la red ubicados en Sudamérica se ocupaban de la logística necesaria para preparar el viaje de los correos humanos, reservaban los billetes de avión y los lugares de alojamiento. También se encargaban de preparar la sustancia estupefaciente y de crear los medios necesarios para ocultarla.
Por otro lado, los componentes que se encontraban en España tenían el cometido de reclutar a ciudadanos con el perfil adecuado para pasar inadvertidos en los controles aeroportuarios. Asimismo, seleccionaban personas y direcciones en distintas provincias de España para que fueran los destinatarios de los envíos en los que camuflaban la cocaína. En ocasiones se servían de apartados de correos, abiertos con identidades inexistentes, para recibir las notificaciones en caso de envío de un nuevo paquete con estupefaciente.

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