Elecciones catalanas: Artur Mas, a la tercera va la vencida

  • Es un político no vocacional. Cuenta que se metió en política de casualidad, pero llegó a ser el delfín del todopoderoso Jordi Pujol. Este carismático político ha sabido navegar, como buen amante de la mar, entre los buques insignia que son Pujol y Duran i Lleida hasta convertirse en un líder para CiU. Ha ganado las dos últimas elecciones catalanas, sin embargo no ha conseguido gobernar.
Artur Mas
Artur Mas
Raúl Arias
C. Ibáñez

A la tercera va la vencida. Con el espíritu de este refrán afronta Artur Mas estas elecciones catalanas, pero también con el del dicho 'Tienes más moral que el Alcoyano': ha ganado las dos elecciones anteriores pero no ha podido ser el presidente de la Generalitat. El 28N quiere cambiar esta historia.

Con su rostro de actor de Hollywood, su sonrisa y su capacidad de diálogo se ha sabido ganar el liderazgo en Convergència i Unió, a pesar de la huella del que fuera su mentor Jordi Pujol y del tirón mediático de Josep Antoni Duran i Lleida, la cara más conocida de su partido para los españoles.

Artur Mas no es un político vocacional. Comenzó en esto a los 35 años --ahora tiene 55--, después de su paso por la empresa privada, una experiencia que le ayudó a llegar a ser el delfín del todopoderoso Jordi Pujol.

El 'president' más longevo de la democracia catalana repescó de la historia un cargo para fortalecer su figura, su imagen pública y su poder dentro del partido: era el nuevo 'conseller en cap'. Ganó las primeras elecciones después de la era Pujol, pero no pudo emular a su mentor y ser presidente, el tripartito se lo impidió.

Una situación que se volvió a repetir hace cuatro años: CiU es el partido más votado y con más escaños, pero no pactó para gobernar. La pregunta más repetida a Artur Mas es si esta vez pactaría con el PP para poder dirigir el rumbo de Cataluña, pero el líder de CiU echa balones fuera: hasta el día después de las elecciones no se habla de pactos.

Estas "derrotas" no han amilanado a Mas, que se enfrenta a savia nueva o seminueva. Ni Pasqual Maragall, ni Josep Piqué, ni Josep Antoni Carod-Rovira son ahora sus rivales. Los dos primeros ya no están en la política activa, por motivos diferentes, y Carod-Rovira sobrevive a duras penas al ostracismo impuesto por su propio partido.

Jose Montilla, Alicia Sánchez Camacho y Joan Puigcercós son sus contrincantes políticos en Cataluña, pero Artur Mas tiene otra diana marcada: José Luis Rodríguez Zapatero. No le duele reconocer que no se habla desde hace dos años con el presidente del Gobierno, algo que tendría que cambiar si es el nuevo jefe de la Generalitat.

La campaña diseñada por el equipo de Artur Mas para estas elecciones girará en torno a la política económica para diferenciarse de los socialistas. Pero será inevitable hablar de corrupción, con el caso Pretoria a la cabeza, y de las consecuencias de la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut de Cataluña. Mas tendrá que saber lidiar con estos miuras.

Sin miedo a nada

El líder de CiU ya ha demostrado en más de una ocasión que no tiene miedo a nada, no siquiera al hito de enfrentarse por tercera vez a las urnas. Tampoco le tembló el pulso a la hora de sentarse en un polémico programa de Telecinco. A principios del mes de septiembre se atrevió a ser entrevistado en 'La noria' y creó escuela. Montilla tuvo que imitarlo un mes después.

En este programa, Pilar Rahola desveló parte de las declaraciones recogidas en su libro 'La máscara del rey Artur' y presentó al público a un político muy familiar, sobre todo a la hora de hablar de su mujer en un momento muy delicado de su vida.

A Helena le diagnosticaron un tumor en el pecho que le obligó a someterse a radioterapia durante dos meses. Artur Mas se olvidó ese tiempo de su faceta política para acompañar a Helena en cada una de sus sesiones. "Quería que ella supiera que ella, para mí, es más importante que mi trabajo", confesó en 'La noria'.

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