Votan con Montilla pensando en el Barça-Madrid

  • Diez cámaras de televisión. Doce fotógrafos. Dos docenas de periodistas. Cortan la calle. Paran el tráfico... Sólo faltan los gritos de las fans histéricas. Pero no. No ha venido Brad Pitt. Ha votado José Montilla.
Montilla pide una alta participación para fortalecer el autogobierno
Montilla pide una alta participación para fortalecer el autogobierno
Óscar Rodríguez

Como se preveía, acompañar a las urnas a José Montilla no es sinónimo de pasar una mañana a lo grande. Tampoco lo hubiera sido ir con Artur Mas, con Joan Herrera, con Joan Puigcercós o con Alicia Sánchez Camacho. Es lo que tienen los políticos: no arrastran masas. El único que podría tener interés es Joan Laporta, pero más que nada por si después de ejercer su noble derecho al voto tiene ganas de invitar a una ronda en Luz de Gas... pero ésa es otra historia.

El caso es que nos fuimos con el todavía 'President' a votar a Sant Just Desvern... y lo hicimos muchos. Su señora, sus escoltas, su séquito de acompañantes (que llegaban en bandadas desde el PSC de Sant Just, apenas a 30 metros del colegio electoral del candidato) y los curiosos, que siempre hay un puñado en estos casos. Y Montilla votó. No nos dejó compuestos y sin voto, como alguno hubiera querido para dar un poco de chispa a la soleada mañana catalana, sino que votó. Y lo hizo con una sonrisa de oreja a oreja. Como si las encuestas dijeran lo contrario a lo que dicen que pasará.

Como dicta el protocolo, saludó uno por uno a los miembros de la mesa electoral, entregó su sobre al presidente y encargado de la urna y vio cómo su voto se perdía entre otros muchos sobres cerrados. Posiblemente sea su última votación como 'President', pero lo disimulaba muy bien. Después llegó el momento de los cumplidos ante los micrófonos: ya que no se pueden hacer arengas políticas en día de elecciones, al menos intentemos quedar bien. Y don José lo hizo muy bien.

Invitó a los catalanes a acercarse en masa a las urnas, algo que se antoja complicado a tenor del ambiente que se respira en las calles de la Ciudad Condal. Porque los ciudadanos cada día están más cansados de los políticos. Se habla mucho más del Barça-Madrid del lunes que de las elecciones del domingo, pero la culpa es del propio Montilla. ¿A quién se le ocurre poner una consulta electoral en vísperas del gran Clásico? Pero ésa es otra historia.

Estábamos en que Montilla se puso delante del micrófono y dejó los habituales mensajes propios del día electoral: que si hay que ir a votar, que si cuantos más seamos, más legitimado estará el gobierno electo, que si hay que ser muy demócrata... es lo que siempre se dice, porque no se puede dar otro tipo de discurso. Montilla estaría encantado de pedir el voto por última vez, de intentar ganar el último sufragio en juego, si es que queda algún indeciso a estas alturas... pero frente al Colegio de Montserrat donde ejerció su derecho constitucional estaba todo el pescado vendido. No había nada que rascar... todos sabían perfectamente a quién iban a votar.

El 'President' se fue como había venido, con su séquito y con el sentimiento del deber cumplido. Lo más probable es que no gane las elecciones, pero cumplió lo que se esperaba de él. Los habitantes de Sant Just Desvern, esa bonita localidad pegada a Barcelona, pasarán un domingo de lo más tranquilo pensando en sus cosas, disfrutando de su jornada festiva antes de volver al tajo el lunes, y Montilla sufrirá en privado el cosquilleo electoral. Hasta que esta noche salga a la palestra para dar su discurso de vencedor o vencido, disfrutará de los suyos… hablando del Barça-Madrid, que es lo que de verdad importa.

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