El cementerio de neumáticos de Seseña, crónica de un desastre anunciado

  • Toneladas de caucho comenzaron a apilarse hace 16 años. Se llegó a denunciar que un eventual incendio podría provocar el cierre de Barajas y el desalojo de 11.000 viviendas.

    Las administraciones de Madrid y Castilla-La Mancha habían prometido en enero tomar cartas en el asunto. El responsable del vertedero de neumáticos está huido.

Una inmensa columna de humo originada por el incendio en Seseña.
Una inmensa columna de humo originada por el incendio en Seseña.
Diego Caldentey / Marta Bardón

El incendio del mayor cementerio de neumáticos de Europa continúa fuera de control. De las cinco millones de gomas que se acumulan en el cementerio de la localidad toledana de Seseña, se ha quemado más del 40%. Parte del 'vertedero' de ruedas se halla situado también Valdemoro (Madrid).

El fuego se ha extendido por las 90.000 toneladas de neumáticos que se acumulan a lo largo de 100.000 metros cuadrados.

Lo que ha ocurrido esta madrugada en realidad era una tragedia anunciada. Era imposible no conocer los peligros que implican cinco millones de neumáticos apilados durante años.  

Tanto la Comunidad de Madrid como la de Castilla-La Mancha habían prometido en enero de este año tomar cartas en el asunto e intentar erradicar este foco peligroso. Sin embargo, poco se ha hecho al respecto, como ha quedado en evidencia.

El Consejero de Medio Ambiente de la Comunidad, Jaime González Taboada, había prometido desmantelar el vertedero, conjuntamente con Castilla-La Mancha. Ahora, todas las miradas se posan sobre la empresa que era la encargada de comenzar a retirar los vehículos, que evidentemente no habría realizado un trabajo eficiente. 

Los orígenes de este cementerio de neumáticos se remonta al año 2000, cuando se comenzaron a acumular montañas de caucho. Tres años después ya se había convertido en una auténtica amenaza ambiental. En 2003, fue declarado ilegal por no respetar las normas medioambientales y los expedientes administrativos se acumulaban. 

Una sentencia judicial en enero de 2009 condenó al propietario de la empresa Disfilt SA, que gestionaba el lugar, por un delito contra el medio ambiente. El dueño de la empresa se encuentra en paradero desconocido. Acumula multas por delitos medioambientales impuestos por las diferentes administraciones por unos 600.000 euros. La empresa sucesora fue Gestión de Desechos y Ruedas Iberia.

El Ayuntamiento de Seseña firmó en junio de 2013 un acuerdo con Desechos y Gestión de Ruedas Iberia (Dgriberia), gestora de residuos de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. En ella, la empresa gestora se comprometía a retirar los neumáticos en un período máximo de tres años.

Las administraciones implicadas decidieron recientemente retirar el presupuesto, en torno a los tres millones de euros, que tenían destinado a la retirada de los neumáticos. Del presupuesto total, 500.000 euros pertenecen al gobierno de la Comunidad de Madrid.

Posteriormente, el Ayuntamiento de Seseña actuó por su cuenta desde 2011 para terminar con el problema. Desde el Consistorio se señala que, hasta ese año, no pararon de entrar neumáticos en el 'vertedero'. El objetivo era triturarlos todos, ante lo que las organizaciones medioambientales advirtieron el riesgo de eventuales incendios.

Los trozos resultantes de la trituración se utilizarían para fines tan diversos como crear combustible en cementeras, para mezclarlo con asfalto e insonorizar carreteras.

Los pequeños trozos de caucho resultantes de la trituración de los neumáticos podrían tener diversos usos como, por ejemplo, hacer de combustible en los altos hornos o cementeras, para mezclar con asfalto e insonorizar carreteras, para aislar edificios, crear calzado de goma o usar en los parques para niños y campos de fútbol de césped artificial, e incluso a la exportación para reciclado. Ese plan nunca fue concretado.El dueño, huido

Mientras, el dueño del cementerio de neumáticos de Seseña se encuentra en paradero desconocido y fue sancionado en anteriores ocasiones por no retirar los neumáticos de su propiedad.

De hecho, fue condenado a tres meses de cárcel. Además, fue sancionado en 2011 con 90.000 euros por parte de la Comunidad de Madrid y con 600.000 euros por la Junta de Castilla-La Mancha y el Ayuntamiento de Seseña.

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