El chicle de MacGyver que arreglaba todo...la metáfora de los 80 que arrasa en la red

  • "Usted es el chicle de MacGyver del régimen y vale usted para todo", ha disparado el líder de Unidos Podemos a Albert Rivera, que primero pactó con el PSOE y ahora con el PP.

    Pero, si a Iglesias le teñimos la coleta y le ponemos gafas de los 80,  ¿no tendría también un aire MacGyver? Primero le quitó el chicle de la boca a Sánchez, y ahora lo corteja.

Richard Dean Anderson, caracterizado como MacGyver.
Richard Dean Anderson, caracterizado como MacGyver.
Diego Caldentey

Hay que reconocer que la ocurrencia de Pablo Iglesias ha causado alto impacto y se ha 'viralizado' (tanto en el boca a boca de los diputados del Congreso) como en la calle. "Usted es el chicle de MacGyver del régimen y vale usted para todo", ha disparado el líder de Unidos Podemos a Albert Rivera, el referente máximo de Ciudadanos, que le miraba perplejo en la Cámara de Diputados.

Su ataque, ácido y mordaz, no ha pasado desapercibido. En no pocos parlamentarios ha arrancado sonrisas socarronas, tal vez al evocar aquella serie mítica de televisión norteamericana, creada en 1985 por Lee David Zlotoff.

El actor Richard Dean Anderson interpretaba entonces al más que ocurrente Angus MacGyver, cuyas dosis repentinas de una supuesta inteligencia superior (y sus amplios conocimientos técnicos que nadie sabía dónde había aprendido), le sacaban de cualquier apuro.

A este agente secreto  no había problema que se le resistiera. Todo lo resolvía de manera eficaz. MacGyver era el hombre más habilidoso y manitas de la Tierra para improvisar soluciones en momentos de alta tensión.

Se valía de cualquier artilugio para escapar de los peores peligros que se topaban en su camino. Pero sus artefactos tan variados y variopintos que llevaba en su mochila (¡cuántas cosas cabían en la mochila de ese hombre!) no se comparaban en nada al elemento que más eficacia le aportaba: los chicles. 

Iglesias ha apelado a esta comparación para referirse a Rivera, a quien observa como un Richard Dean Anderson más formal, esperpéntico y bastante más alejado de ese 'mix' que el personaje de la serie era: a medio camino de boy scout y genio singular. Pero para defenestrarlo.

Para Iglesias, Rivera es el chicle comodín que se adapta a todo y todo intenta 'arreglarlo' a su modo: primero pactó con el PSOE y le dedicó sonrisas embelesadas a Pedro Sánchez cuando éste pronunció su discurso de investidura, que resultó un fracaso rotundo, claro está.

Ahora hace lo propio con Rajoy, aunque este martes hasta el propio Rivera no pudo evitar su aspecto somnoliento ante las palabras más que sosas y sin ímpetu en absoluto de Rajoy. Iglesias encuentra a Rivera versátil, pero desde el punto de vista decadente, de un crep que se da vuelta y vuelta, y amolda a la forma más conveniente del comensal de turno.

¿Han sido sus palabras un golpe de efecto para que Podemos intente recuperar algo del protagonismo perdido durante este debate de investidura? La agrupación morada sabe de sobra que en esta discusión se encuentra como un actor de reparto, castigado por el resultado de las últimos elecciones.

Por otra parte, cabe la pena reflexionar sobre Iglesias. Con coleta platino y gafas de sol de los 80, ¿no tendría un aire de MacGyver? ¿Ha intentado o no quitarle su 'chicle' de la boca a Pedro Sánchez cuando le pidió ministerios para formar Gobierno tras el 20-D, como requisito indispensable para un 'sí'? Finalmente fue un 'no', pero ahora Iglesias parece volver a estirar su goma de mascar que todo lo arregla hacia el líder del PSOE, a quien quiere cortejar.

En las últimas elecciones, Podemos perdió un millón de votos. "Decídase, señor Sánchez. La realidad política y electoral nos debe empujar a lograr el acuerdo", le ha implorado hoy a Sánchez.

Podemos sabe que hay riesgo de explosión, incendio y no quiere quemarse en plena acción. Rajoy, en tanto, ¿qué papel tendría en esta serie? Si todo termina el viernes como parece que concluirá, el 'continuará' con suspense de la serie nos llevará a terceras elecciones en diciembre. A esta altura ya no habrá ni ápice de entretenimiento... Nos meteremos aún más en la trama de una casi-ficción terrorífica.

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