China acusa a terrorismo islámico del atentado en Pekín y pide ayuda regional

  • China ha acusado al grupo terrorista Movimiento Islámico del Turkestán Oriental (ETIM) de ser el artífice del ataque ocurrido el lunes en el corazón de su capital, que dejó al menos 5 muertos y 40 heridos, y pidió ayuda regional para enfrentarse a esta amenaza.

Pekín, 1 nov.- China ha acusado al grupo terrorista Movimiento Islámico del Turkestán Oriental (ETIM) de ser el artífice del ataque ocurrido el lunes en el corazón de su capital, que dejó al menos 5 muertos y 40 heridos, y pidió ayuda regional para enfrentarse a esta amenaza.

"El incidente de violencia terrorista en Pekín ha sido un acto bien planeado y llevado a cabo... Lo orquestó el ETIM, que está implantado en regiones de Asia central y occidental", aseguró el jefe de la seguridad china, Meng Jiangzhu, desde Uzbekistán, en declaraciones emitidas por la cadena de Hong Kong Phoenix TV.

China asegura desde hace años que el ETIM opera en la región noroccidental de Xinjiang, hogar de unos 9 millones de chinos de la minoría étnica uigur comúnmente enfrentada a los de la etnia han, la mayoritaria en el país y frente a los que dicen sentirse discriminados.

Para el Gobierno, el ETIM es la principal amenaza del país en estos momentos, según destacó hoy la portavoz del Ministerio de Exteriores, Hua Chunying.

"Es la más inmediata y realista amenaza para nuestra seguridad", defendió Hua, después de que su Gobierno atribuyera a esta organización la autoría del suceso en Tiananmen, donde un todoterreno invadió la acera, atropelló a viandantes a su paso, y acabó incendiado a las puertas de la Ciudad Prohibida.

La portavoz insistió en que se trata de una organización terrorista que "lleva tiempo emprendiendo ataques en el centro, este y oeste de Asia", y que "ha expandido el concepto de terrorismo e instigado ataques también dentro de China". "También supone una amenaza a otros países", añadió Hua.

El Gobierno chino argumenta que este grupo colabora con otras formaciones externas, en países colindantes como Pakistán, si bien la portavoz declinó hoy especificar si en el ataque participaron fuerzas terroristas de otros países, ni si hay extranjeros entre los 5 detenidos hasta la fecha por el mismo.

No obstante, destacó que China "coopera de cerca con otros países" para controlar la amenaza terrorista y salvaguardar la estabilidad del país y de la zona, en especial con los miembros de la Organización para la Cooperación de Shanghái (OCS).

Es precisamente a la OCS, formada por China, Rusia, Kazajistán, Kirguizistán, Tayikistán, y Uzbekistán, a la que Pekín ha pedido ayuda después de lo ocurrido el lunes.

"El terrorismo es un enemigo común para todos, y combatirlo es una prioridad", señaló Hua.

La plaza de Tiananmen, punto neurálgico de la capital y con especial significado político, se ha blindado aún más de lo que estaba después del lunes, y la policía ha incrementado los controles tanto de coches como en el metro.

En la provincia de Xinjiang, de donde supuestamente proceden los arrestados así como las tres personas que viajaban y fallecieron en el coche del ataque -que portaba matrícula de esta región y en el que, según la Policía, se encontraron panfletos de contenido religioso extremista-, también se ha incrementado la vigilancia, según confirmaban varios medios de Hong Kong hoy.

En este contexto, la comunidad uigur en el exilio ha vuelto a pedir calma y cautela ante las acusaciones y lo que considera falta de transparencia del Gobierno, que sigue su censura de publicaciones sobre el suceso en internet e incluso detuvo a periodistas el día del ataque.

Esta comunidad también teme que en China se incremente la represión o la discriminación sobre los uigures, que denuncian sufrir desigualdades a la hora de ser contratados o impedimentos para practicar su religión en Xinjiang.

El incidente del lunes en Tiananmen -en el que, además de los ocupantes del coche, murieron un turista chino y una filipina- se produjo en un momento de especial importancia, una semana antes de que los líderes chinos se reúnan para discutir las próximas reformas que impulsará el país, y que, según se prevé, tenderán a la apertura económica y social.

Pero también en un lugar que ha marcado a la población, al ser uno de los más fortificados de China: "Consiguieron llegar a la capital, es algo increíble aquí", señaló un internauta en Weibo, la principal red social china, donde hoy los comentarios que no siguieron la línea del Gobierno volvieron a ser bloqueados.

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