Concejales "sí señor"

  • "El señor Jesús", "Jesús Gil", "el alcalde" manejaba en exclusiva el Ayuntamiento de Marbella y sus 31 sociedades municipales. Sus subordinados los concejales no sabían de cuentas, firmaban al "sí señor" y cobraban como autónomos.

María Traspaderne

San Fernando de Henares (Madrid), 25 abr.- "El señor Jesús", "Jesús Gil", "el alcalde" manejaba en exclusiva el Ayuntamiento de Marbella y sus 31 sociedades municipales. Sus subordinados los concejales no sabían de cuentas, firmaban al "sí señor" y cobraban como autónomos.

Así funcionaba el consistorio marbellí en tiempos de Jesús Gil si se cree al pie de la letra la versión que estos días han ido dando los ediles imputados en el caso Saqueo II, un auténtico expolio de 74 millones de euros a las arcas municipales entre 1994 y 2001, bajo el gobierno del Grupo Liberal Independiente (GIL).

Primeros tenientes de alcaldes como Julián Muñoz, concejales recién licenciados bajo las alas de un padre gerente de una empresa municipal y ediles de Hacienda que no sabían contabilidad son algunos de los ejemplos de los integrantes de las listas del GIL, un partido que, todos coinciden, planteaba un proyecto "ilusionante" para Marbella.

Jesús Gil prometió en 1991 cambiar la cara a este territorio de la Costa del Sol para atraer turismo y reclutó, de despachos, restaurantes, vía postal y de entre sus conocidos, a una treintena de personas a las que, aparentemente, controlaba día y noche.

"Era horroroso, llamaba a todas horas y no le valía un 'no se' como respuesta", afirmaba al tribunal uno de los 34 acusados en este caso, gerente, como muchos, de una de las 31 empresas municipales montadas para, según la Fiscalía, desviar fondos.

El fallecido Gil les dijo, aseguran, que con estas empresas tramitar el cambio de ciudad era más "ágil", pero las acusaciones sospechan que en realidad funcionaron como coladero de dinero y tapadera de chanchullos.

Tejemanejes que incluyeron a la farándula marbellí y al mundo futbolístico. Los nombres del actor Espartaco Santoni y del presidente del Atlético de Madrid, Enrique Cerezo, se han escuchado en la sala por pagos sospechosos de sociedades municipales que se tendrán que aclarar.

Solo dos de los ediles interrogados hasta ahora han reconocido que se olían irregularidades, pero todos se han escudado en que Gil hacía y deshacía a su aire en el consistorio y no se le llevaba la contraria "ni muerto". "Siempre he pedido opinión de todo, no he hecho nada por mi misma", llegó a afirmar una concejal de Bienestar Social y Hacienda.

Algunos se confiesan arrepentidos: "De haber tenido una bola de cristal no habría ido", "Firmé mi sentencia de muerte", "Así me ha ido", se lamentan los concejales "florero" ante la sección tercera de la Audiencia Nacional.

Las frases más destacadas salieron de boca de Julián Muñoz, quien se calificó como "el tonto de la película" y "un kamikaze que firmaba todo", e incluso denunció que él y sus compañeros de partido estén en la cárcel por corrupción: "Ya está bien".

Cada día desde el pasado 18 -y se espera que por varias semanas-, un ejército de abogados de Málaga y Madrid asisten a las nuevas dependencias de la Audiencia en San Fernando de Henares, donde el bronceado de unos acusados y los colores primaverales de otras encausadas destacan entre las togas oscuras de los letrados.

Menos tres fugados y otros tantos enfermos, se sientan en cuatro filas encabezados por Julián Muñoz -con 54 condenas en su haber- y el principal acusado en el caso Malaya, Juan Antonio Roca, que llegan cada jornada directamente desde prisión y se esmeran en tomar nota de las respuestas de sus compañeros de bancada.

Frente a ellos, el tribunal presidido por Alfonso Guevara, magistrado que dice tener el "defecto" de escuchar "todo" lo que se murmulla en la sala y conduce el juicio con mano firme, recriminando a abogados -expulsó al de un acusado en su interrogatorio- e imputados -"no permito que se dirija así al Ministerio Fiscal, pero menos que no me haga caso"-.

Aún quedan por declarar Roca y otros asiduos del banquillo como la exalcaldesa Marisol Yagüe, en otro de los macrojuicios en los que se intenta dilucidar cómo Marbella llegó a convertirse durante unos años en la capital española de la corrupción.

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