Condenado a 77 años el otorrinolaringólogo que abusó de 31 pacientes en Palma

  • Palma.- La juez de lo penal número 3 de Palma ha condenado a penas que suman 77 años y cuatro meses de cárcel al otorrinolaringólogo que abusó de treinta y una de sus pacientes, a las que desnudaba, tocaba y grababa en la consulta para satisfacer sus instintos libidinosos.

Palma.- La juez de lo penal número 3 de Palma ha condenado a penas que suman 77 años y cuatro meses de cárcel al otorrinolaringólogo que abusó de treinta y una de sus pacientes, a las que desnudaba, tocaba y grababa en la consulta para satisfacer sus instintos libidinosos.

Además, la magistrada ha fijado una indemnización de 3.000 euros a cada una de las víctimas del médico, que hicieron todo lo que les pedía el facultativo "en la creencia" de que "las manipulaciones" que sufrieron "eran necesarias para el diagnóstico de su enfermedad", según la sentencia hecha pública hoy.

El acusado, Javier Pérez Obón, ha sido condenado a treinta y una penas de un año y cuatro meses de prisión por delitos de abusos sexuales y a veintisiete condenas con la misma pena por delitos de abusos sexuales.

El otorrino ha sido también inhabilitado para el ejercicio de la profesión de médico tanto en centros públicos como en centros privados durante el tiempo de la condena.

La juez considera probado que Javier Pérez Obón, de 46 años, llevó a cabo los delitos entre 2004 y 2008 en un despacho que había alquilado en una conocida clínica de Palma, que es eximida de cualquier responsabilidad en los hechos al no guardar ninguna relación con la actividad del médico.

Según la sentencia, el médico actuó con "una evidente intención libidinosa" y, aprovechándose de la confianza que en él depositaban sus pacientes, las sometió a diversos abusos sexuales.

Así, por ejemplo, a una menor de edad que padecía vértigo la obligó a que se desnudara y, en ropa interior, la tumbó en la camilla, donde le puso "unas gafas opacas con la que consiguió que no pudiera ver nada y no pudiera negarse, ocultando con dicha gafas sus verdaderas intenciones".

Para disimular "los tocamientos", le colocó unos esparadrapos que le sujetaban los brazos a las piernas, para dificultar su movilidad y "cualquier oposición que pudiera surgir", según la juez.

También le puso esparadrapos en otras partes de su anatomía, incluidos los órganos genitales, que "no tenían ninguna finalidad médica".

A continuación, el otorrino levantó los brazos y piernas a la menor con movimientos bruscos para que "las zonas íntimas quedaran al descubierto" a fin de "fotografiarlas y grabarlas".

Después, y también para disimular su verdadera intención libidinosa, pinchó con una aguja a la menor en sus zonas íntimas para captar también estas imágenes.

Similar sistema empleó con las otras treinta víctimas, que fueron desnudadas unas tras otras y sometidas a estas practicas tras acudir a su clínica con problemas de oído, otitis, vértigos o mareos.

En algunas ocasiones, el otorrino empleaba un sillón giratorio en el que sometía a las pacientes a giros bruscos para destapar sus órganos genitales, señala la sentencia.

La juez ha estimado una indemnización de 3.000 euros para cada víctima, tal y como solicitaba el fiscal, porque resulta "plenamente ajustada a derecho", y rechaza la cantidad de 30.000 euros que reclamaba la defensa de una de las pacientes.

La sentencia rechaza la condena por responsabilidad civil solicitada para la clínica en la que ejercía el otorrino porque éste "trabajaba como profesional liberal e independiente" en un despacho alquilado.

En el juicio, celebrado a principio de mes, el médico reconoció los hechos, aceptó "íntegramente" la pena que le ha sido impuesta y justificó su actuación alegando sufrir una "enfermedad" psicológica.

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