Conferencia internacional recomendará soluciones para conflictos en el Ártico

  • Una conferencia internacional discutirá esta semana en Toronto el futuro de la región ártica y recomendará soluciones para los aspectos más conflictivos en un momento en el que un creciente número de naciones quieren un pedazo del Ártico.

Toronto (Canadá), 15 ene.- Una conferencia internacional discutirá esta semana en Toronto el futuro de la región ártica y recomendará soluciones para los aspectos más conflictivos en un momento en el que un creciente número de naciones quieren un pedazo del Ártico.

La Conferencia sobre Seguridad del Ártico Munk-Gordon, que se celebrará los días 17 y 18 de enero, tratará entre otros temas la petición de países como Brasil, China, India o Japón de ser aceptados como miembros del Consejo Ártico, la institución de cooperación y coordinación de los estados árticos.

El Consejo, constituido en 1996, está integrado por Canadá, Dinamarca, Finlandia, Islandia, Noruega, Rusia, Suecia y los Estados Unidos, países que tienen territorios en la región. Además, otro seis países están reconocidos como observadores permanentes: Francia, Alemania, Holanda, Polonia, España y Gran Bretaña.

El Consejo Ártico también incluye bajo la categoría de "participantes permanentes" los grupos que representan a las 500.000 personas identificadas como pueblos indígenas que viven las regiones árticas.

La reunión servirá para que los expertos internacionales, entre quienes estará Marcos Gómez Martínez, el embajador español para Asuntos Polares y Oceánicos, emitan recomendaciones sobre los temas que afectan al futuro del Ártico de cara a la presidencia canadiense del Consejo que se iniciará en 2013.

Además de la inclusión de nuevos estados, el papel de los pueblos indígenas, el cambio climático y la explotación de los vastos recursos naturales que se cree existen en la región son tres de los principales temas a tratar, según dijo a Efe Tony Penikett, asesor del Programa de Munk-Gordon sobre Seguridad del Ártico.

Con respecto al acceso de las economías emergentes al Consejo Ártico, Penikett señaló que la cuestión es básica y que el grupo está dividido entre los que rechazan de plano la idea y los que creen que merece una mayor consideración.

"El Consejo está luchando con esta cuestión. Los intereses de los países que no son del Ártico no son sólo un capricho pasajero. Si el Consejo quiere seguir siendo relevante en el futuro, ¿deberíamos darles un mayor papel o deberíamos mantenerlo como un club exclusivo", se preguntó Penikett.

Canadá y Rusia son dos de los países árticos más frontalmente opuestos a la apertura del Consejo a otros países.

Penikett reconoce que el trasfondo que rodea esta cuestión es básicamente económico. El Ártico posee inmensas riquezas minerales y vastos yacimientos energéticos.

Además, los científicos prevén que en pocos años, el cambio climático hará realidad la posibilidad de que las aguas árticas estén libres de hielo durante al menos parte del año lo que abriría una nueva ruta marítima más directa entre Asia y Europa.

Los países árticos ya se están preparando para esta posibilidad. En mayo de 2011, los ochos países del Consejo firmaron un acuerdo para coordinar las operaciones de búsqueda y rescate en el Ártico.

Entonces, la ministra danesa de Asuntos Exteriores, Lene Espersen, dijo que "a medida que el hielo se derrite, y seguirá derritiéndose, esperamos un incremento de la actividad humana en el mar, con el aumento del riesgo de que se produzcan accidentes".

Penikett reconoció que, paradójicamente, el Ártico se está convirtiendo en uno de los "puntos más calientes" del planeta.

Canadá y Rusia han puesto en marcha planes para aumentar su presencia militar en las regiones árticas, en respaldo de sus reclamaciones de soberanía sobre territorios disputados.

Moscú ha señalado su intención de construir para el 2020 nueve rompehielos (tres nucleares y seis convencionales) para el control del Ártico y el pasado mes de julio anunció la creación de dos brigadas de especialistas basadas en el Ártico.

Canadá, que en los últimos años ha vuelto a interceptar aviones militares rusos que sobrevolaban el Ártico y mantiene una disputa territorial con Dinamarca por la posesión de unos islotes en el Ártico, también ha revelado planes para construir más rompehielos y crear bases militares en sus regiones árticas.

Para Penikett, la solución a los problemas del Ártico pasa siempre por otorgar a los pueblos indígenas que viven en las regiones más septentrionales del planeta (como los inuit o los sami) de una mayor capacidad de decisión sobre los temas que les afectan.

"Que ganen voz es muy importante" dijo Penikett.

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