Corbacho, el fracaso de una gran promesa

  • Era uno de los nombres que más fuerte sonaba para salir del equipo deZapatero. Su buena gestión y popularidad en L´Hospitalet le llevaron alGobierno pero la crisis, la reforma laboral y la de las pensionesacabaron con un político que prometía pero que apenas pudo ejercer. Nole dejaron.
Caricatura de Celestino Corbacho
Caricatura de Celestino Corbacho
Raúl Arias
Beatriz Toribio

Abandona el Ministerio de Trabajo que pasa a manos de Valeriano Gómez

"Tardé media hora en hacer la maleta para venirme a Madid y con un cuarto de hora tendría basante para volverla a hacer y regresas a Hospitalet". Con esta frase, el hasta ahora ministro de Trabajo respondía el pasado mes de junio -y a la vez daba más alas- a a los rumores que le situaban fuera del gabinete de Zapatero.

Se dice en los mentideros políticos que fue el propio Corbacho quien pidió marcharse, tras quedar en evidencia su debilildad en dos reformas claves en las que Corbacho ha tenido poco que decir y a las que, hasta donde ha podido, se ha opuesto: la de las pensiones y la del mercado de trabajo. Todo ha venido impuesto desde Bruselas y desde el Ministerio de Economía.Pero fue sobre todo la primera, la reforma de las pensiones, la que acabó con su paciencia.

El ministro de Trabajo se enteró poco antes que la prensa que el Gobierno iba a anunciar su intención de retrasar la edad oficial de jubilación de los 65 a los 67 años. Se montó tal revuelo en la opinión pública, que el Ejecutivo tuvo que rectificar. Pero el daño ya estaba hecho y Corbacho tenía que defender una reforma a la que se oponia, en la que no creía y en la que su compañera Elena Salgado llevó la voz cantante ante el apremio de Bruselas. Durante días se habló de los enfrentamientos entre Economía y Trabajo.


El remate, la reforma laboral

Luego llegó la congelación de las pensiones del 'decretazo' y, para rematar, una reforma laboral de la que Zapatero se ocupó personalmente, negociando directamente con los líderes sindicales y recibiendo a expertos en La Moncloa. El ministro de Trabajo tuvo un papel secundario pese a las reuniones hasta las 6 de la mañana en el Ministerio cuando ya todo el mundo daba por roto la 'luna de miel' del presidente del Gobierno con los sindicatos. Fue su sentencia final.

Celestino Corbacho llegó al Gobierno gracias a su popularidad como alcalde en L´Hospitalet, cargo que ocupó durante 14 años... todos con mayoría absoluta. En una primera conversación con este extremeño de nacimiento que se crió en Cataluña, uno se explica que su cercanía y sencillez le convirtieran en un político de gran popularidad.

También le ayudó el éxito de sus políticas en materia de inmigración, que fueron copiadas por otros alcaldes catalanes y que hacían pensar que Corbacho podría hacerlo muy bien en la materia que completa su cargo: ministro de Trabajo e Inmigración. Pero la crisis hizo que ésta dejara de ser una de las principales preocupaciones de los españoles en las encuestas del CIS dando paso al paro y la situación económica.


Su carrera en el PSC

Aunque ingresó en el PSC en 1976, no fue hasta seis años después cuando ocupó un cargo de peso en la dirección del partido en L´Hospitalet para un año después, en 1983 convertirse en concejal. A partir de ahí su carrera despegó: logró el puesto de primer teniente de alcalde, de ahí a jefe la oposición hasta que en 1994 logra hacerse con la silla de Juan Igancio Pujana, el que fuera alcalde de L´Hospitalet tras la dictadura y que pasó a la historia como el primer político español condenado por tráfico de influencias.

La marcha de otros dos compañeros, también le ayudaraon en su carrera. En 2000, tras la dimisión de Joaquín Almunia, fue miembro de la dirección provisional encargada de preparar el congreso federal del mes de julio, en el que fue elegido Rodríguez Zapatero. Y en 2004, la marcha de José Montilla al Ministerio de Industria le permite hacerse con la Diputación de Barcelona.

Muchos le consideran un referente del socialismo catalán, aunque le ven más cerca del PSOE que del PSC. Ironías de la vida, cuando supo de su pronunciamiento dicen que dijo: "Que se preparen en el Ministerio de Economía, ahora van a saber lo que es trabajar". Al final ni él mismo lo pudo hacer. Tenía las manos atadas.

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