Corrupción en Taiwán: la conexión francesa

  • Encontraron su cuerpo flotando en las proximidades de la costa de Taiwán en 1993. Hasta la fecha, nadie sabe exactamente cómo o por qué murió el capitán de navío Yin Ching-feng. Pero muchas personas en Taiwán creen que fue asesinado, porque estaba a punto de destapar una enorme red de corrupción tras el acuerdo por valor de 2.800 millones de dólares firmado con Francia para comprar seis fragatas de clase Lafayette. El ”caso Lafayette” se alarga desde hace casi dos décadas e incluye al menos ocho muertes extrañas, múltiples casos judiciales, cientos de millones de dólares congelados en cuentas suizas e investigaciones gubernamentales al más alto nivel en Taiwán y Francia que han entrado hasta las profundidades de los entresijos del poder, con sospechas de que altos cargos de unos y otros gobiernos franceses de los últimos años estuvieron implicados.
Jonathan Adams | GlobalPost

(Taipei, Taiwán).“El escándalo fue quizás uno de los casos de corrupción relacionada con armas más grandes de la historia moderna, con bolsas literalmente llenas de dinero intercambiadas entre China, Taiwán y Francia”, asegura Wendell Minnick, jefe de la oficina en Asia de Defense News. “Parece una película de espionaje internacional, con ocho muertes misteriosas. Dos de los muertos o bien saltaron o fueron empujados desde edificios”.

Un tribunal de arbitraje de París sentenció hace un par de semanas a la empresa francesa detrás del acuerdo, Thales (anteriormente llamada Thomson-CSF) a pagar a Taiwán 630 millones de euros por violar los términos del contrato (conocido por el nombre en código “Contract Bravo”), que prohibía comisiones a intermediarios.Si la decisión se confirma, los contribuyentes franceses tendrán que aportar el 70 por ciento de la factura, ya que una naviera propiedad del Estado se beneficiaba de la mayor parte del contrato, según Le Monde.

Thales ha rechazado la sentencia y asegurado que la apelará a través de todos los canales pertinentes.Estos hechos suponen un nuevo foco de atención sobre la industria de Defensa francesa, que aparece implicada también en una trama para vender aviones de combate en 1992 a Taiwán y otras armas a Malasia y Pakistán.Thales está acusada de “engrasar” la predisposición política para la venta de los barcos de guerra a Taiwán, utilizando para ello a intermediarios que entregaron cientos de millones de dólares procedentes de fondos ocultos en cuentas bancarias de Suiza a políticos y oficiales militares en Taiwán, China y Francia.

El caso Lafayette “nos dice el modo en que los fabricantes de armas se aprovechaban del hecho de que Taiwán fuera rico, aislado y estaba dispuesto a comprar armas a cualquier precio”, dice Jean Pierre Cabestan, un experto francés en asuntos internacionales de la Hong Kong Baptist University.

En el centro de este enrevesado caso está Andrew Wang, un comerciante de armas que representaba a Thales en el acuerdo. Huyó de Taiwán en 1993, tras ser hallado el cadáver del capitán Yin, y su paradero sigue siendo desconocido. La falta de tratados de extradición entre Taiwán y la mayoría de países hace que sea fácil escapar al alcance de los tribunales locales.

Mientras tanto, las autoridades suizas han congelado cientos de millones de dólares de las cuentas bancarias de Wang hasta que se resuelvan varios requerimientos y casos judiciales abiertos.Además del capitán Yin, otras muertes vinculadas al caso incluyen la de un sobrino de Yin, funcionario de la banca taiwanesa conectado a la Armada; a Thierry Imbot, un agente de la inteligencia francesa e hijo de un antiguo jefe del servicio de espionaje de Francia, y Jacques Morrison, un agente de Thales con base en Taiwán, según un libro escrito por Thierry Jean-Pierre.

Imbot cayó a la calle desde su apartamento en París, y Morrison también murió al caer desde una ventana alta.Una investigación del Gobierno de Taiwán concluyó en 2001 que para cerrar el acuerdo se entregaron unos 400 millones de dólares en sobornos. Seis oficiales de la Armada de Taiwán, incluyendo un vicealmirante, fueron acusados ese año de corrupción. Se espera que haya una sentencia al respecto el mes que viene.

Francia realizó su propia investigación, que en un punto vio involucrado al actual presidente Nicolas Sarkozy. Pero los documentos que supuestamente implicaban a Sarkozy aceptando sobornos por el contrato de los Lafayette fueron declarados finalmente falsos.En 2008 un juez francés paralizó la investigación, argumentando falta de pruebas.

El Gobierno de Francia se ha negado a difundir documentos relacionados con el caso aduciendo motivos de seguridad nacional.El profesor Cabestan cree que los documentos clasificados incluyen una lista con los prominentes políticos franceses, tanto de derechas como de izquierdas, que aceptaron sobornos por el acuerdo Lafayette y probablemente también altos cargos del Gobierno chino.

Todos ellos habrían recibido dinero a cambio de permitir que se siguiese con el delicado acuerdo comercial (China considera a Taiwán parte de su territorio y se opone firmemente a que se le vendan armas a la isla).Esa lista secreta es una bomba de relojería sobre la política francesa, asegura Cabestan. “Eso es lo que más le preocupa al público francés, y lo que más inquieta a los políticos franceses”, añade.

“Cada vez que llega un nuevo ministro de Defensa hay un intento del estamento judicial para tener acceso a la lista”, afirma Cabestan. “Pero entonces el nuevo ministro mira la lista y se da cuenta de que es una bomba. Así que continúa clasificada”. Y reconoce: “Creo que seguirá siendo clasificada durante muchos años, hasta que esas personas estén muertas o jubiladas”.

Ahora hay voces en Taiwán que piden que se investiguen posibles sobornos en el acuerdo multimillonario para vender aviones de combate Mirage franceses a Taiwán en 1992.

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