Costa Rica calificó de enemigo y mantuvo sus relaciones al mínimo con Nicarag

  • Costa Rica mantuvo en 2011 una mínima relación con su vecina Nicaragua, cuyo Gobierno, presidido por Daniel Ortega, reelegido en noviembre, es considerado como un "enemigo xenofóbico" por San José debido a un conflicto limítrofe que se dirime en el seno de la Corte Internacional de Justicia (CIJ).

San José, 5 dic.- Costa Rica mantuvo en 2011 una mínima relación con su vecina Nicaragua, cuyo Gobierno, presidido por Daniel Ortega, reelegido en noviembre, es considerado como un "enemigo xenofóbico" por San José debido a un conflicto limítrofe que se dirime en el seno de la Corte Internacional de Justicia (CIJ).

La disputa entre ambos países se inició en octubre de 2010, pero está aun lejos de solucionarse y, por el contrario, ambos países protagonizaron este año una cadena de acusaciones mutuas de invasión de su territorio y de provocaciones.

Costa Rica demandó a Nicaragua ante la CIJ porque Managua apostó militares y civiles en una zona fronteriza denominada isla Portillos, en la desembocadura del río San Juan, en el Caribe, lo cual fue considerado por el Gobierno de la presidenta Laura Chinchilla como una violación a la soberanía de su país.

Managua, por su parte, sostiene que sus soldados y ciudadanos han estado todo el tiempo en su territorio y que su presencia en la zona responde a las labores de dragado del fronterizo río San Juan, de soberanía nicaragüense.

La disputa ha ocasionado que Chinchilla se niegue a enviar un embajador a Nicaragua, pese a que el Gobierno de Ortega sí tiene un diplomático acreditado en San José.

El canciller costarricense, Enrique Castillo, ha afirmado que no enviará a un embajador hasta que Nicaragua "dé señales claras" de que cumplirá las medidas cautelares dictadas por la CIJ en marzo pasado, en las que prohibió a ambas naciones a tener presencia policial, militar o civil en el territorio en disputa.

Castillo manifestó en septiembre, a menos de una semana de asumir el cargo, que el Gobierno de Nicaragua es un "enemigo xenofóbico" de Costa Rica.

"Creo que tenemos que considerarlo (al Gobierno nicaragüense) como un enemigo mientras siga usurpando" el territorio costarricense, dijo.

"Hay una motivación vengativa que se asienta en la xenofobia que el Gobierno de Ortega alimenta en el pueblo nicaragüense y que practica el Gobierno nicaragüense. Es un Gobierno xenofóbico contra Costa Rica", añadió en una entrevista con un diario local.

Por su parte, el jefe del Ejército nicaragüense, el general Julio César Avilés, acusó a San José de ejecutar un "plan" para engañar a jóvenes nicaragüenses y hacerlos entrar en el territorio en disputa para luego presentar a Nicaragua como un invasor ante la comunidad internacional.

Las recriminaciones mutuas fueron la tónica entre ambos vecinos durante todo 2011. Varias notas de protesta salieron de cada capital; algunas tuvieron como respuesta nuevas quejas, otras, solo silencio.

En agosto, por ejemplo, el Gobierno costarricense protestó ante el de Nicaragua por la presencia en la zona de litigio de unos cien miembros de la Juventud Sandinista y exigió su salida del lugar.

Sin embargo, un día después Ortega apoyó públicamente a esos jóvenes, lo que Costa Rica calificó como una burla hacia las medidas ordenadas por la CIJ.

Managua, por su parte, se quejó vehementemente por una visita que científicos de la Convención Internacional de Humedales Ramsar realizaron a la isla Portillos, con la colaboración de Costa Rica, para verificar los daños causados al humedal de la zona con las acciones de dragado.

Castillo y Chinchilla sostuvieron durante todo el año que la motivación de Ortega para "invadir" suelo costarricense siempre fue obtener réditos políticos de cara a las elecciones del pasado 6 de noviembre, donde resultó reelegido en unos cuestionados comicios.

"El Gobierno de Nicaragua no midió, ni está consciente de la gravedad que significa la invasión. No está consciente de que un acto de esos daña profundamente la relación entre dos países vecinos. Esas acciones dejan cicatriz", sentenció el canciller costarricense.

En medio de esta polémica, ambos países preparan sus argumentos escritos para entregarlos a la CIJ el 5 de diciembre, y luego deberán esperar la resolución de los jueces, que decidirán a quién realmente pertenece la pequeña isla, de menos de 20 kilómetros cuadrados y que ha logrado poner, por más de un año, una relación de países vecinos en el congelador. ACAN-

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