Covite pedirá reabrir el atentado del estanquero por la confesión de un preso

  • El Colectivo de Víctimas del Terrorismo del País Vasco (Covite) pedirá a la Fiscalía la reapertura del sumario sobre el atentado que costó la vida en 1980 al estanquero de la localidad guipuzcoana de Eibar Carlos García, después de que el preso arrepentido Kepa Pikabea confesase ayer este crimen.

Vitoria, 26 mar.- El Colectivo de Víctimas del Terrorismo del País Vasco (Covite) pedirá a la Fiscalía la reapertura del sumario sobre el atentado que costó la vida en 1980 al estanquero de la localidad guipuzcoana de Eibar Carlos García, después de que el preso arrepentido Kepa Pikabea confesase ayer este crimen.

La confesión se produjo a instancias de una víctima de ETA, el exteniente de la Guardia Civil Miguel Ángel Madariaga Lope, quien hoy ha explicado a Efe que lleva casi 35 años tratando de esclarecer la autoría del atentado perpetrado el 3 de febrero de 1979 por tres etarras que ametrallaron el cuartel de la Guardia Civil de Andoain (Gipuzkoa).

En esa acción murió un compañero de Madariaga, él resultó herido de gravedad y un tercer guardia civil sufrió lesiones leves.

En su "lucha" por esclarecer este atentado y que se reabra el caso, Madariaga logró ayer entrevistarse en la cárcel de Zaballa (Álava) con el etarra Pikabea, a quien considera uno de los autores del asesinato de su compañero y de las lesiones que él arrastra.

En su visita a la prisión alavesa, a la que acudió acompañado por la presidenta de Covite, Consuelo Ordóñez, aunque no estuvo presente en la entrevista, el preso reconoció que formaba parte del comando "Adarra" que atentó contra el cuartel de Andoain, pero se desvinculó de esta acción porque según dijo él entonces trabajaba en una empresa de ascensores de Hernani (Gipuzkoa).

Este argumento no convenció a Madariaga, que está prácticamente seguro de que el etarra miente.

"Me dijo que no sabía nada de ese atentado", que estaba trabajando, pero el ametrallamiento fue a las 7.30 "y no creo que a esa hora trabajara", ha comentado.

Madariaga le preguntó además por otros muchos de los asesinatos que se le atribuyen, pero el recluso le dijo que "a partir de los 80 no recordaba nada".

Sin embargo, sí confesó ser el único autor del atentado contra el estanquero de Eibar Carlos García, perpetrado en octubre de 1980, por el que fueron condenados como cómplices dos miembros del aparato de información de ETA.

La Policía considera por contra que en ese asesinato intervinieron dos etarras, aunque Pikabea asegurase ayer que lo hizo solo, algo de lo que también duda Madariaga.

"Miente o no sé a quién protege", ha concluido esta víctima, que siente que el etarra no fue sincero cuando hace unos meses firmó un documento en el que se comprometía a colaborar con la Justicia para esclarecer atentados si se lo pedían.

Sin embargo, a juicio de Madariaga, ayer le demostró que no está arrepentido y que no quiere colaborar con la Justicia porque sólo admitió ser el autor de un atentado que ha prescrito.

Con la grabación de la conversación de ayer en la cárcel Covite cree posible reabrir el caso del estanquero de Eibar gracias a esta confesión y ha anunciado a Efe que pedirá a la Fiscalía que así lo solicite.

Madariaga apoya la causa de Covite para que los presos etarras no puedan acceder al tercer grado penitenciario si no colaboran con la Justicia, ya que a su juicio no basta con que firmen "un papelito" diciendo que están arrepentidos, sino que "tienen que demostrarlo" confesando todos sus crímenes.

Por eso, ayer no se negó a darle la mano a Pikabea: "Así verás cómo me la dejasteis", le dijo por las secuelas que arrastra del atentado, y le dejó claro que no iba a reclamarle que pidiese perdón.

"Yo no perdono ni olvido", "vengo a saber la verdad", le dijo Madariaga, que pretende identificar a los autores de atentados, aunque hayan prescrito, para que las familias de los asesinados sepan quién los cometió y descansen tranquilas.

Por eso, Miguel Ángel Madariaga seguirá peleando por esclarecer su caso, aunque no tiene mucha confianza en lograrlo, porque pese a que el fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Javier Zaragoza, le dijo en una ocasión que "la Justicia llegaba, aunque llegara tarde", él cree que la suya "ni llega ni se le espera".

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