Cumbre el viernes en París para promover la paz en Ucrania

  • Los dirigentes ruso, francés, ucraniano y alemán se reúnen este viernes en París para tratar de revivir los acuerdos de paz de Ucrania, eclipsados por la aceleración de los acontecimientos en Siria.

Los acuerdos de Minsk-2, logrados en febrero gracias a la mediación francoalemana, prevén una "desescalada" del conflicto en el este de Ucrania de aquí a fin de año, con elecciones locales y una recuperación del control de la frontera ruso-ucraniana por parte de Kiev. Sin embargo, sobre el terreno tardan en concretarse.

"El proceso de Minsk es difícil en lo que respecta a numerosos detalles, pero el alto el fuego se está respetando ampliamente desde el 1 de septiembre. Eso demuestra la influencia de Rusia sobre los separatistas" que batallan contra el ejército ucraniano, dijo el lunes el portavoz de la canciller alemana Angela Merkel, Stefen Seibert.

Los occidentales acusan a Moscú de apoyar con armas, municiones y soldados a los separatistas prorrusos del este de Ucrania, donde el conflicto abierto en abril de 2014 se ha cobrado más de 8.000 muertos. Rusia niega con firmeza su implicación en la contienda.

La cumbre de París tendrá lugar en una semana marcada por la espectacular implicación de Rusia en Siria, donde este miércoles empezó a bombardear a los yihadistas del grupo Estado Islámico por pedido del presidente Bashar al Asad, al que Moscú defiende con firmeza.

Kiev teme que los occidentales entren en un mercadeo con Rusia y cedan en la cuestión ucraniana, a cambio de la implicación de Moscú contra los yihadistas. Y Rusia, perjudicada por las sanciones occidentales impuestas por su papel en el conflicto ucraniano, está muy interesada en salir de su aislamiento.

"No se puede, por un lado, mantener de forma duradera las sanciones y por otra parte pedir la colaboración" de Rusia en la crisis siria, observó el vicecanciller alemán Sigmar Gabriel, a contracorriente de la posición oficial de Berlín, que estipula que las dos cuestiones han de tratarse por separado.

La Unión Europea debe evaluar a fines de año los avances logrados en la aplicación de los acuerdos de Minsk, para luego pronunciarse sobre un eventual alivio de las sanciones económicas a Moscú.

A comienzos de septiembre, el presidente francés François Hollande fue más lejos abogando por un "levantamiento" de las sanciones a Rusia si se aplica el capítulo político de los acuerdos de Minsk. Estos prevén una mayor autonomía para el este de Ucrania, y la celebración de elecciones locales de acuerdo con la ley ucraniana de aquí a final de año.

Pero tal y como constata un diplomático europeo, "no hay nada resuelto a nivel político".

Los rebeldes prorrusos planean celebrar elecciones según sus propias normas el 18 de octubre en la provincia de Donetsk y el 1 de noviembre en la de Lugansk. Incluso hablan de celebrar una segunda vuelta en febrero.

Las medidas autonomistas que Kiev prevé adoptar para las regiones separatistas suscita además mucha oposición entre los nacionalistas ucranianos. En las manifestaciones hostiles a dicha descentralización murieron cuatro personas.

La cuestión de fondo que sigue atormentando a los diplomáticos es qué quiere Rusia en la cuenca minera ucraniana del Donbass, en el este del país.

El presidente Vladimir "Putin no quiere ninguna porción de ese territorio. Lo que quiere es mantener gangrenada la zona, y demostrar que el sistema ucraniano arrimado a Europa no funciona", afirma el diplomático europeo.

Sobre el terreno, Kiev y los separatistas anunciaron este miércoles un acuerdo de principio para la retirada de armas de calibre inferior a 100 mm en una zona de 15 km a ambos lados de la línea de frente en el oriente rebelde.

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