De sopas chinas al aceite de oliva virgen extra, la calidad se mira con lupa

  • Desde aceite de oliva virgen extra a sopas chinas deshidratadas, pasando por juguetes, cosméticos o productos de limpieza, así hasta 69.000 ensayos de más de 6.000 productos se analizan anualmente en el Centro de Investigación y Control de Calidad del Instituto Nacional de Consumo (CICC).

Marta Ostiz

Madrid, 27 may.- Desde aceite de oliva virgen extra a sopas chinas deshidratadas, pasando por juguetes, cosméticos o productos de limpieza, así hasta 69.000 ensayos de más de 6.000 productos se analizan anualmente en el Centro de Investigación y Control de Calidad del Instituto Nacional de Consumo (CICC).

La ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Ana Mato, ha querido conocer hoy, de primera mano, el trabajo que se realiza en este centro, el mayor laboratorio de ámbito estatal, que analiza alimentos y productos no alimenticios para determinar su conformidad con las normas vigentes y con su etiquetado.

Así, fue en este centro donde se analizaron y detectaron, el pasado mes de marzo, las muestras de productos cárnicos que contenían ADN de equino sin etiquetar.

Las comunidades autónomas remiten a estos laboratorios productos que están en el mercado para evaluar, a partir de análisis y ensayos, su conformidad con las reglamentaciones y las normas de calidad que los regulan.

Los controles analíticos tienen como fin comprobar la seguridad y la calidad de los productos, bajo normas españolas o europeas, y su conformidad en cuanto al etiquetado, contenido efectivo, indicaciones geográficas protegidas, denominaciones de origen, etc.

Uno de los productos analizados son los vinos, tanto los de mesa, como las denominaciones de origen.

"Evaluamos el grado alcohólico, la acidez total, la acidez volátil, el metanol, el plomo... y lo que miramos es que cumplan la reglamentación y, en el caso de las denominaciones de origen, se exigen unos parámetros aún más restrictivos que la normativa europea", explica a Efe María Guirado, encargada del Departamento de Bebidas.

En este laboratorio se estudian también las bebidas espirituosas. "Estudiamos el posible fraude de esas bebidas según la marca, es decir, el llamado garrafón", señala.

En estos productos -indica- "no hay tanto fraude como el que la gente pueda pensar, aunque con la crisis hemos visto que ha aumentado" y precisa que, en el caso de este tipo de bebidas, lo que sí que se observa es que existen muy distintas calidades.

Con cada uno de los productos analizados, se emite un informe que incluye los parámetros estudiados y en el que se señala si el producto cumple o no con la normativa vigente.

El CICC cuenta con un Panel Oficial de Cata de Aceite de oliva virgen, en el que, tanto la ministra Ana Mato como la secretaria general de Sanidad, Pilar Farjas, han tenido la oportunidad de observar las diferencias de calidad de los aceites.

En este laboratorio han podido oler dos muestras distintas y han recibido las explicaciones de los técnicos que les han mostrado cómo se puede diferenciar un aceite virgen extra, que no puede tener ningún defecto de calidad y que debe ser analizado por un equipo de entre 8 y 12 catadores.

La ministra ha asistido también a los ensayos de calidad que se realizan a productos infantiles, como los chupetes y los juguetes para niños de menos de 36 meses, que se rigen por normas de seguridad más estrictas.

El Centro de Investigación y Control de Calidad es, además, el laboratorio de referencia para el análisis y control de los productos cosméticos. En él se identifican los productos activos, la presencia de antioxidantes o contaminantes y se lleva a cabo un análisis microbiológico de productos de higiene y uso personal.

También es el laboratorio de referencia para el control de los contenidos máximos de nicotina, alquitrán y monóxido de carbono de los cigarrillos que se comercializan en España.

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