"El primer ministro está en una posición crítica desde que el pueblo se levantó" afirmó Moqtada Sadr, arengando a la muchedumbre en la plaza Tahrir.
El primer ministro Haider al Abadi tiene dificultades en introducir las reformas prometidas en respuesta a la exasperación de la opinión, tras una serie de manifestaciones que congregaron a miles de manifestantes en Bagdad y el sur del país, para protestar contra la endémica corrupción y exigir una mejora de los servicios públicos.
"Hoy, (el primer ministro) debe realizar reformas serias, no cosméticas" lanzó Moqtada Sadr ante sus partidarios.
El influyente jefe chiita ha anunciado varias veces su intención de abandonar la política, pero controla una importante fuerza paramilitar, "Saraya al-Salam".
Aunque ha criticado públicamente al Primer ministro por la lentitud de las reformas, figura entre los que más lo apoyan entre las facciones chiitas del gobierno.
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