Londres.- El arzobispo sudafricano Desmond Tutu, Premio Nobel de la Paz en 1984, y el ex presidente de la República Checa Vaclav Havel instaron a China a liberar al activista encarcelado Liu Xiaobo antes de la ceremonia de entrega, el próximo viernes, del Premio Nobel de la Paz.
El pasado octubre, Xiaobo lloró al conocer que había recibido dicho reconocimiento y lo dedicó a "los mártires de Tiananmen", en referencia a la matanza cometida en 1989 por el ejército chino de cientos o miles de estudiantes que pedían reformas democráticas en China.
El activista, de 54 años, cumple una condena de once años de cárcel desde el 2009 por haber pedido avances democráticos en su país.
En un artículo publicado hoy por el dominical británico "The Observer", tanto Desmond Tutu como Vaclav Havel hacen un llamamiento a las autoridades chinas para que liberen al disidente.
"Aunque él sólo es uno de los 1.300 millones (de casos), la historia del premiado con el Nobel de la Paz este año, Liu Xiaobo, es tristemente emblemática de la intolerancia a la expresión individual del Gobierno chino", lamentan Tutu y Havel.
Ambos elogian, en dicho artículo, el desarrollo experimentado por China en los últimos años, pero apuntan que el apoyo de ese país a "los regímenes abusivos y la fuerza brutal con la que aplasta a los disidentes dentro de sus propias fronteras demuestra que es necesario llevar a cabo una reforma sustancial, si China quiere que se la vea, dentro de la comunidad internacional, como un líder auténtico".
Tanto el ex presidente checo como el arzobispo surafricano acusaron a ese país de violar los derechos de los ciudadanos en otros países, lo que "apoya las dictaduras brutales que hay por el mundo".
La "extrema sensibilidad" de Pekín a cualquier crítica sobre sus políticas ha mostrado una falta de confianza dentro del país "que tan sólo logra minar la credibilidad del Gobierno entre su gente".
China reaccionó con indignación a la decisión de conceder a Liu Xiaobo el Nobel y el Gobierno chino indicó que se trataba de "una completa violación de los principios del premio y un insulto al premio de la Paz" que dañaría los lazos con Noruega.
Este país ha instado, además, a embajadores de otros países a boicotear la ceremonia de entrega de premios prevista para el próximo viernes en Oslo.
Tutu y Havel afirmaron en el citado rotativo que China tiene ahora "una oportunidad única de canalizar un nuevo curso" como líder mundial y acoger sus obligaciones para promover y proteger los Derechos Humanos.
"El primer paso debe ser la liberación incondicional de Liu Xiaobo y su mujer, Liu Xia, antes de la ceremonia del viernes", agregaron.
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