Todo lo que rodea a Corea del norte lleva consigo polémica. En esta ocasión la chispa ha saltado a partir de la detención de un estudiante de la Universidad de Virginia acusado de "estar llevando a cabo actividades hostiles" contra el país.
El caso está actualmente bajo investigación, mientras sigue arrestado.
El estudiante fue identificado como Frederick Otto Warmbier y la agencia señaló que había entrado a Corea del Norte como turista "para golpear las bases de la unidad de Corea del Norte bajo órdenes del gobierno de Estados Unidos".
El término "actividades hostiles" es una fórmula que han utilizado las autoridades norcoreanas contra varios extranjeros detenidos en el pasado, entre ellos varios misioneros, y comprende cargos como espionaje, por lo que este caso viene a recalcar el profundo hermetismo del país.
Este arresto se produce meses después de que Pyongyang liberara a un ciudadano de Corea del Sur que estudiaba en la New York University.
Won Moon-Joo, de 21 años, quien tenía una visa de residente en Estados Unidos, fue acusado de entrar al país de forma ilegal.
Finalmente fue liberado en octubre en la fronteriza localidad de Panmunjon, pero a diferencia de otros detenidos, nunca fue sometido a juicio.
Estados Unidos no tiene relaciones diplomáticas ni representación consular en Pyongyang, por lo que habitualmente sus detenidos son asistidos por la embajada de Suecia.
Un caso parecido es el de Kenneth Bae, un ciudadano estadounidense de origen coreano, que fue detenido y condenado en 2013 a 15 años de prisión, aunque fue liberado en noviembre de 2014.
Este nuevo arresto pone sobre la mesa una vez más el complicado estado social en el que vive el pueblo norcoreano.
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